Para ellas


Había cerrado la opción comentarios de la última entrada. Deseaba pasar unos días desvinculada de este sitio y ése era un modo de evitar la tentación. Sin embargo, ya se sabe que los ángeles son bromistas y que les gusta guiarte por otros caminos. Y el que me haya tocado estos días (¿es, tal vez, amigo de Goliardo?) ha puesto en el mío a una nueva amiga, sensible poeta, dulcísima persona. Marisa tiene dos blogs. En uno de ellos nos muestra los papeles de Claudia, trazos melancólicos o esperanzados, que nos miran o miran a la lejanía, en el otro, donde enreda palabras, nos trae la voz de los silenciados. Y, asombrosamente, entre todas sus amigas, ella ha creído que era yo una de las que merecía este "caminamos juntas". Gracias.

Cumplido el primer requisito, ahora debo pasar al segundo, que es recordarles que caminamos juntas a cinco mujeres más. En apenas ocho meses, las amapolas han vivido experiencias hermosas, incluso mágicas a veces, inesperadas siempre. Decía en una de las primeras entradas que estaba descubriendo que un blog era, al fin y al cabo, un mensaje lanzado en una botella. El mío ha sido recogido por muchos y muchas, todos, todas, personas en algún sentido excepcionales. Y a las que no les debo más que todo mi agradecimiento. Por eso me ha resultado dificilísimo elegir.

Al final me he guiado por el criterio que me parecía se ajustaba más al propósito de la mención. Y ha sido el de entregárselo a aquella mujeres que conocen a la que se esconde tras Bel, que saben mi nombre y apellidos, que, en algún caso han oído mi voz, o me han visto, y alguna de ellas no sólo en los mejores momentos, sino también cansada, ojerosa o de mal humor. Y aun así, siguen caminando conmigo. (La ocurrencia no es mía. Creo que fue V. Hugo quien dijo que un amigo es aquél que te conoce bien y aun así, sigue siendo tu amigo). Y estas mujeres son: June, Montse, Graciela y Fusa. Faltaría la quinta y, dada la bellísima entrada que Mertxe nos ha regalado hoy sobre la amistad, es a ella a quien se lo entrego, en representación de todas las que no nombro pero que están siempre a mi lado, compañeras de viaje. Gracias a todas.




Con mis mejores deseos


I.M.



Canta: Judy Garland

Have yourself a merry little Christmas

Have yourself a merry little Christmas
Let your heart be light
Next year all our troubles will be out of sight
Have yourself a merry little Christmas
Make the Yuletide gay
Next year all our troubles will be miles away
Once again as in olden days
Happy golden days of yore
Faithful friends who are dear to us
Will be near to us once more
Someday soon we all will be together
If the fates allow
Until then we'll have to muddle through somehow
So have yourself a merry little Christmas now

Sé tú quien tenga una pequeña y feliz navidad

Sé tú quien tenga
una pequeña y feliz navidad.
Deja que tu corazón se ilumine.
El próximo año
nuestras inquietudes ya estarán lejos.
Sé tú quien tenga
una pequeña y feliz navidad.
Haz que estos días
sean alegres.
El próximo año
ya habremos perdido de vista
todas nuestras inquietudes.
Aquí estamos,
como en aquellos lejanos días,
dorados días felices.
Y encontraremos de nuevo
a los amados amigos
dulcísimos amigos de antaño.
Algún día, pronto,
estaremos todos juntos,
si el destino lo permite.
Hasta entonces
cada uno tendrá que arreglárselas
de alguna manera.
Por eso,
sé tú quien tenga, ahora,
una pequeña y feliz navidad.

Traducción: Bel

Nostalgia

Algo pasó. De pronto, el recuerdo. Otros momentos. Aquellos momentos. Tempus fugit. Relacionada, claro, con esta música. Que la envuelve, a la historia, a la música y a algunos momentos, aquellos, idos, para siempre, para siempre, nunca más.


Dinero


"Es un hombre que camina solo por el barrio. Un martes por la mañana a la hora en que los demás trabajan. Que mira su teléfono móvil comprobando que funciona correctamente, que tiene suficiente batería y cobertura. Que todavía puede controlar la situación. Es un hombre a la espera de noticias, que ha salido de casa porque necesita pensar, pensar en algo. Su mujer lo mira desde el balcón con el niño en brazos, el camisón deja entrever los pechos caídos de la maternidad. Pechos una vez de brillantina, la locura de la sala de fiestas, todos esos hombre y sólo tú, con tu cara de pájaro. Ven aquí, voy a llevarte lejos de este infierno, tengo negocios. El mismo hombre que hoy se arrodilla en el cajero automático y que suplica, perdónanos, Señor, perdónanos."

De Dinero, Pablo García Casado