Porcia



Elisabetta Sirani 1638-1665


"Un ejemplo de tema histórico es su obra Porcia hiriéndose el muslo (1664), que representa a la esposa de Brutus tratando de probar a su marido que es digna de su confianza, hiriéndose el muslo para demostrar su valentía, cualidad asociada comúnmente a los hombres."


15 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Que las mujeres somos valientes se demuestra en el hecho de que amamos a los hombres.

José Antonio Fernández dijo...

Pues sí, los hombres tenemos fama de brutos pero veo que alguna mujer también se las trae. yo no me ponría cerca de ella.
Muy bonito el cuadro, a pesar de la bestia.
P.D. Y del marido que seguro será más bestia todavía.

el objeto a dijo...

creo que Porcia iba de cráneo y que se equivoca, también estoy con María Jesús, una gran prueba de nuestra valentía está en nuestras maneras de amar, muchas y variadas, pero valientes de verdad,
preciosa escena en cualquier caso

mjromero dijo...

Qué grandes salvajes. Cuando las mujeres imitan en la 'fuerza' a los hombres.
La luminosidad y la fuerza del colorido del cuadro son impresionantes.
Un abrazo.

Jesús Garrido dijo...

Hola, he llegado aquí por accidente al pararse un mosquito en la pantalla de mi teléfono móvil, le echaré un vistazo al blog, [el mosquito ha muerto, lo he chafado]

Conde de Galzerán dijo...

ah! ....la efusión del sacrificio….

giovanni dijo...

Tanto la vida de la pintora como la de Porcia es dramática. Porcia cometió suicidio entre los 22 y 29 años (según Wikipedia) y Elisabetta Sirani murió a los 27 años después de haber trabajado duramente y ganado la vida con su arte (!) para sus padres y hermanos porque su padre era enfermo.

Qué lujo de estar viva/o ancora (ustedes, tú, yo).

Un beso

Isabel Martínez Barquero dijo...

El cuadro es impactante.
Me gustan, sobre todo, la calidez de sus colores y la escena de la conversación en segundo plano, más allá del quicio de la puerta.

Por lo demás, querida Bel, no existe hombre que merezca que nos mutilemos. Quien nos ama, jamás lo desearía, y a quien no nos ama ni confía en nosotras, más vale darle el pasaporte.

Un abrazo.

P.D.- Me ha gustado mucho la aportación histórica de Giovanni. Gracias, majísimo.

Belnu dijo...

Qué bonito y lujoso cuadro, lleno de intensidad y de vida y desmintiendo el gesto de Porcia con su mirada!

virgi dijo...

Los actos de amor son tan ininteligibles como el amor mismo.
Si ella lo decidió, ¿algún día la cicatriz le contará de su error?

Besitos, muy interesante seguir este rastro de hermosura.

Fco dijo...

Son terribles las civilizaciones que buscan el dominio en vez del autoconocimiento. Seguir la estela de un cromagñón con poder sólo lleva a la autodestrucción. Mejor le habría ido haciendo yoga, creo yo...
El amor, por cierto... no lo veo.

El cuadro, magnífico.

PÁJARO DE CHINA dijo...

estaba probándose a sí misma, quizá, probando a ver si sería capaz ...

la galería es magnífica, Bel (más y más cruces y reverberaciones).


te abrazo fuerte.

P.S.: Secretamente (sssshhhhh), espero a Morisot (pintando y pintada por Manet - "Ella mira", lo hubiera titulado yo).

Isabel Mercadé dijo...

Mis queridos amigos:
Me disculparéis que esta vez no os responda a cada uno y que ponga un comentario para todos. Me he entusiasmado con esta serie (que, por cierto, Mariel, por motivos que prefiero adivinéis -creo que muchos ya lo han hecho- no tienen lugar aquí ninguna de esas dos pinturas, pero gracias ¿y por qué no lo haces tú? seguro que sería una entrada estupenda; el "ella mira", por otra parte, está implícito en el "ella pinta", ¿no crees?) sin calcular si mi tiempo me permitiría dedicarme como quisiera. Tampoco imaginaba que os atrajera tanto. Muchas muchas gracias a todos. Sois un magnífico regalo.
Abrazos enormes e interminables.
(La serie continúa)

Pedro M. Martínez dijo...

Porcia hiriéndose el muslo, ay, que ella (mi ella) me contó que él (su él) le hirió el muslo con un bisturí como prueba de amor, de resistencia al dolor, de marca de pertenencia.
Cómo ella (mi ella), tan independiente, tan autónoma, tan suya, no solo permitió sino que alentó esta herida en su carne prohibida.
No acaba uno de entender a Porcia (a mi Porcia)
Por cierto, desde que me hizo esta confidencia, mi cabeza generó tal caudal de atracción, de atracciones, que sigo colgado de sus muslos. Y del resto.

Isabel Mercadé dijo...

Pedro:
Cuánto tiempo. Es un placer tenerte por aquí. Casi he visto el comentario por casualidad. Ah, lo importante es tener una Porcia de quien colgarse, a pesar de (¿o tal vez a causa?) no entenderla. Felicidades, pues, con un abrazo.