Gracias a todos






Dios mío, ¿qué soy yo
para que esas bocas tardías se abran a gritos
en un bosque de escarcha, en un amanecer de flores de trigal?

De Ariel,  Silvia Plath



Hoy se cumplen tres años. Y si ayer daba las gracias a los primeros que se acercaron, hoy os las doy a todos, a los primeros, a los últimos, a los que llegaron, a los que se fueron, a los que vinieron, a los que ya no vuelven, a los que estaban, a los que continúan ( Mª Jesús Romero    Gloria Martínez Vicente     Fusa Díaz     Silvia Zappia     Isabel Martínez Barquero   Stalker   Marisa Peña   Virgi   Ani Bustamante     Magdalena Merlos   Gracia Iglesias    Fran    Inuit    Conde     Dante Bertini    Graciela Barrera      José Antonio Fernández     Duna     Felipe Sérvulo   RFT    Ramon Eastriver      Toño Morala     Vanessa Núñez     Isabel Mallén      Leonardo Torres   Juan Bautista Morán    Diana H.    Ángel   ...  )  a los que alguna vez vinieron y dejaron una huella, a los que no lo hicieron, a los que nunca, a los que siempre, a los locuaces, a los silenciosos.... mil gracias por la compañía, la atención, la escucha, la mirada. Y tal vez para cerrar el círculo y porque no sé muy bien qué hacer con estas amapolas que cada vez gritan más silenciosamente vuelvo a ella (con un agradecimiento especial a  Isabel Núñez , ella sabe por qué) :


Ménade

Solía ser corriente: solía sentarme
junto al algarrobo de mi padre, comiéndome
los dedos de puro circunspecta.
Las aves daban leche.
Si tronaba me escondía bajo una losa.

La madre de bocas no me quería. El viejo
iba quedándose en muñeca.
Soy demasiado grande para retroceder. La leche
de las aves es eso: plumas,
las hojas del algarrobo: monótonas como manos.

De poco vale el mes este.
Los muertos maduran entre las hojas de la vid.
Nos vigila una lengua roja.
Madre, apártate de mi patio, 
estoy transformándome.

Cabeza caniforme, glotona:
dame las bayas de lo oscuro.
Las tapas no encajan. El tiempo
deduce del gran ombligo solar
su interminable relucir.

Tengo que tragar todo.

Dama, ¿quiénes son ésos, en la cuba lunar,
ebrios de sueño, opuestos sus miembros?
A esta luz es negra la sangre.
Dime mi propio nombre.



Maenad

Once I was ordinary:
Sat by my father's bean tree
Eating the fingers of wisdom.
The birds make milk.
When it thundered I hid under a flat stone.


The mother of mouths didn't love me.
The old man shrank to a doll.
O I am too big to go backward:
Birdmilk is feathers,
The bean leaves are dumb as hands.


This month is fit for little.
The dead ripen in the grapeleaves.
A red tongue is among us.
Mother, keep out of my barnyard,
I am becoming another.


Dog-head, devourer:
Feed me the berries of dark.
The lids won't shut. Time
Unwinds from the great umbilicus of the sun
Its endless glitter.


I must swallow it all.


Lady, who are these others in the moon's vat-
Sleepdrunk, their limbs at odds?
In this light the blood is black.
Tell me my name.