(del blog de Fernando Valls)
Conversación con
Simone Weil—los niños, el océano, la vida silvestre, Bach.
—el hombre es un extraño animal.
En la mayor parte del mundo
la mitad de los niños se van a la cama
hambrientos.
¿Renuncia el ángel a sus plumas, al iris,
a la gravedad y la gracia?
¿Se acabó para nosotros la esperanza de
ser mejores ahora?
La vida es de otros.
Ilusiones y yerros.
La palabra fatigada.
Ya ni te atreves a comerte un durazno.
Para algo cerré la puerta,
di la espalda
y entre la rabia y el sueño olvidé muchas
cosas.
La mitad de los niños se van a la cama
hambrientos.
—los niños, el océano, la vida silvestre, Bach.
—el hombre es un extraño animal.
Los sabios, en quienes depositamos nuestra
confianza,
nos traicionan.
—los niños se van a la cama hambrientos.
—los viejos se van a la muerte hambrientos.
El verbo no alimenta. Las cifras no sacian.
Me acuerdo. ¿Me acuerdo?
Me acuerdo mal, reconozco a tientas. Me equivoco.
Viene una niña de lejos. Doy la espalda.
Me olvido de la razón y el tiempo.
Y todo debe ser mentira
porque no estoy en el sitio de mi alma.
No me quejo de la buena manera.
La poesía me harta.
Cierro la puerta.
Orino tristemente sobre el mezquino fuego de
la gracia.
—los niños se van a la cama hambrientos.
—los viejos se van a la muerte hambrientos.
El verbo no alimenta.
Las cifras no sacian.
—el hombre es un extraño animal.
de Valses y otras falsas confesionesDe
Marta SanuySUPUESTOS
el deseo es un lugar que se abandona
la verdad desaparece con la luz
corre-ve-y-dile
es tan aguda la voz del deseo
que es imposible oírla
es tan callada la voz de la verdad
que es imposible oírla
calor de fuego ido
seno de estuco
vientre de piedra
ojos de agua estancada
eso eres
me arrodillo y en tu nombre
cuento los dedos de mi mano derecha
que te escribe
me aferro a ti
me desgarra tu garfio carnicero
de arriba abajo me abre como a una res
y estos dedos recién contados
te atraviesan en el aire y te tocan
y suenas suenas suenas
gran badajo
en el sagrado vacío de mi cráneo.
TAL VEZ EN PRIMAVERA
Tal vez en primavera.
Deja que pase esta sucia estación de hollín y lágrimas
hipócritas.
Hazte fuerte. Guarda miga sobre miga. Haz una fortaleza
de toda la corrupción y el dolor.
Llegado el tiempo tendrás alas y un rabo fuerte de toro o
de elefante para liquidar todas las dudas, todas las
moscas, todas las desgracias.
Baja del árbol.
Mírate en el agua. Aprende a odiarte como a ti mismo.
Eres tú. Rudo, pelado, primero en cuatro patas, luego en
dos, después en ninguna.
Arrástrate hasta el muro, escucha la música entre las
piedrecitas.
Llámalas siglos, huesos, cebollas.
Da lo mismo.
Las palabras, los nombres, no tienen importancia.
Escucha la música. Sólo la música.
NADIE SABE DE MIS COSAS
( dedicatoria)
1
a ti capaz de desaparecer
de ser atormentado por el fuego
luminoso opaco ruin divino
a ti
fantasma de cada hora
mil veces muerto recién nacido siempre
a ti capaz de hacer girar la llave
de inventar el sol en un cuarto vacío
a ti ahogado en un océano de semejanza
náufrago de cada mañana
esclavo propietario de zapatos periódicos
algunos libros
tal vez padre o hijo
guardián de resecos jardines de aves de paso
a ti
observador de la tarde
infatigable lector del reloj del sueño
de la fatiga del tedio de la esposa
a nadie sino a ti
De
FusaA lo mejor eres tú mismo el tren que pita y se mete bajo
tierra rumbo al infierno o la estrella de chatarra que te
lleva frente a otro muro lleno de espejos y de gestos,
endiablados gestos sin dueño y tú tras ellos, solo, feliz
propietario de una boca escarlata que muge.
Pega el oído a la tierra que insiste en levantarse y respirar.
Acaríciala como si fuera carne, piel humana capaz de
conmoverte, capaz de rechazarte.
Acepta la espera que no siempre hay lugar en el caos.
Acepta la puerta cerrada, el muro cada vez más alto, el
saltito, la imagen que te saca la lengua.
No te trepes sobre los hombros de los fantasmas que es
ridículo caerse de trasero with music in your soul.
De
AlfaroStrip tease
quítate el sombrero
si lo tienes
quítate el pelo
que te abandona
quítate la piel
las tripas los ojos
y ponte un alma
si la encuentras
De
GloriaASÍ SEA
El día queda atrás,
apenas consumido y ya inútil.
Comienza la gran luz,
todas las puertas ceden ante un hombre
dormido,
el tiempo es un árbol que no cesa de crecer.
El tiempo,
la gran puerta entreabierta,
el astro que ciega.
No es con los ojos que se ve nacer
esa gota de luz que será,
que fue un día.
Canta abeja, sin prisa,
recorre el laberinto iluminado,
de fiesta.
Respira y canta.
Donde todo se termina abre las alas.
Eres el sol,
el aguijón del alba,
el mar que besa las montañas,
la claridad total,
el sueño.
De
Magda Díaz MoralesDel libro: El falso teclado
Dama de blanco
el poema es mi cuerpo
esto la poesía
la carne fatigada el sueño
el sol atravesando desiertos
los extremos del alma se tocan
y te recuerdo Dickinson
precioso suave fantasma
errando tiempo y distancia
en la boca del otro habitas
caes al aire
eres el aire que golpea
con invisible sal mi frente
los extremos del alma se tocan
se cierran
se oye girar la tierra
ese ruido sin luz
arena ciega
golpeándonos
así será ojos que fueron boca que decía
manos que se abren y se cierran vacías
distante en tu ventana
ves al viento pasar
te ves pasar el rostro en llamas
póstuma estrella de verano
y caes hecha pájaro hecha nieve
en la fuente en la tierra
en el olvido
y vuelves
con falso nombre de mujer
con tu ropa de invierno
con tu blanca ropa de invierno
enlutado.
De
(*CANTO VILLANO
y de pronto la vida
en mi plato de pobre
un magro trozo de celeste cerdo
aquí en mi plato
observarme
observarte
o matar una mosca sin malicia
aniquilar la luz
o hacerla
hacerla
como quien abre los ojos y elige
un cielo rebosante
en el plato vacío
rubens cebollas lágrimas
más rubens más cebollas
más lágrimas
tantas historias
negros indigeribles milagros
y la estrella de oriente
emparedada
y el hueso del amor
tan roído y tan duro
brillando en otro plato
este hambre propio
existe
es la gana del alma
que es el cuerpo
es la rosa de grasa
que envejece
en su cielo de carne
mea culpa ojo turbio
mea culpa negro bocado
mea culpa divina náusea
no hay otro aquí
en este plato vacío
sino yo
devorando mis ojos
y los tuyos