Naufragios


El mar no es menos bello a nuestros

ojos porque sepamos que a veces

los barcos zozobran.


Simone Weil

de El amor a Dios en Escritos esenciales


Imprevista


La que se muestra inesperadamente, cruzando una calle, entre la multitud, al levantar la mirada, en la cola del supermercado o en la irrupción de una plaza solitaria. Esta belleza me ha sido dada, hoy, entre las páginas de un texto académico.

"Jamás completa, la trayectoria de los seres humanos y del arte se torna más aguda cuando camina por ese sendero y con él convive, en la instintiva y difícil voluptuosidad de estar-en-el-mundo, aun en ruinas, en una incesante reflexión siempre alrededor de la hipótesis de encontrarnos con algo que redima nuestra precariedad".

Jamais completa, a trajetória dos seres humanos e da arte se torna mais aguda quando caminha por essa vereda e com ela convive, na instintiva e difícil volúpia de estar-no-mundo, ainda que em ruínas, num incessante ruminar, sempre às voltas com a hipótese de nos depararmos com algo que redima a nossa precariedade.

Lucia Helena, Cuidado, escrita e volúpia em
Clarice Lispector

Foto: Ricardo Sánchez

Mensaje en una botella


El día ha amanecido con una luz tímida, renuente, tras las lluvias de los últimos días. No ha sido una lluvia man
sa y silenciosa de las que humedecen, acariciándolos, los bosques. Ha sido una tormenta oscura, con ventoleras y truenos, casi como las de los días antiguos, cuando la primavera, con sus fieros relámpagos y sus esplendorosos mediodías, bandeaba el alma y la carne. En cualquier caso, un regalo del cielo.

El mensaje dejado en una botella que es un blog, o al menos este blog -hoy lo he comprendido- ha sido recogido. Y no puedo por menos que agradecer también este regalo. No sé con qué frecuencia se oirá mi voz. La intención era mostrar otras voces, otros trazos, que nos recordaran que, a pesar del ruido, del tumulto diario que distrae o se obceca en mostrar su lado menos noble, es posible arrancar cada día algo de belleza al tiempo.


Yves Klein ANT 96, Personas echándose a volar

Amapolas en octubre

Ni siquiera las nubes solares pueden esta mañana permitirse semejantes faldas.
Ni la mujer de la ambulancia,
cuyo rojo corazón florece a través del abrigo tan asombrosamente....
Un don, un don de amor,
jamás solicitado
ni por un cielo
que pálida y llameantemente
quema sus monóxidos de carbono, ni por unos ojos
que el embotamiento detiene bajo sombreros hongos.
Dios mío, ¿qué soy yo

para que esas bocas tardías se abran a gritos
en un bosque de escarcha, en un amanecer de flores de trigal?


de Ariel, Silvia Plath

Traducción: Ramón Buenaventura

Poppies in October

Even the sun-clouds this morning cannot manage such skirts.
Nor the woman in the ambulance
Whose red heart blooms through her coat so astoundingly-
A gift, a love gift
Utterly unasked for
By a sky
Palely and flamily
Igniting its carbon monoxides, by eyes
Dulled to a halt under bowlers.
O my God, what am I
That these late mouths should cry open
In a forest of frost, in a dawn of cornflowers.