Sobre el arte y



Vista ayer. Muy recomendable, refrescante, como bañarse en una piscina tratada con ozono.







Bell


Campana de Gauss


"Puesto que el argumento EPR no cuestionaba ninguna de las predicciones de la teoría cuántica, no había contraste experimental posible. Bell tomó un camino diferente. Buscó un resultado que tenía que ser cierto en cualquier mundo que incluyera variables ocultas y separabilidad.
(...)

Si se constata que la desigualdad de Bell no se cumple, entonces una o las dos premisas de la que parte debe ser falsa. En otras palabras: Si se viola la desigualdad de Bell en un experimento real, nuestro mundo no puede tener realidad y también separabilidad.

Todo esto es bastante abstracto. Filósofos y místicos han hablado de realidad y separabilidad (o el concepto opuesto la «conectividad universal») durante milenios. La mecánica cuántica pone estas cuestiones encima de la mesa, delante mismo de nosotros. Y el teorema de Bell permite someterlas a prueba."

Bruce Rosenblum y Fred Kuttner: El enigma cuántico



El bloguero y la muerte









Ésta es la dirección donde se puede firmar para pedir su libertad:



Hoder ha sido condenado a veinte años y una multa. Habrá que seguir presionando, pero al menos de momento se ha salvado de lo irremediable: motivos, aunque moderados, para alegrarse.

Opuntia littoralis






Si no fuera por un creciente, extraño y tenaz bloqueo contaría por qué me gustan tanto los cactus, cómo también ellos, extraños y tenaces, consiguen crecer lentamente entre piedras y arena y florecer y hasta dar fruto. Y por qué de entre todos mi preferido es éste, chumberas asociadas para siempre a otros veranos, llenos de esperanza.






 




Paréntesis

Al bé que vull més que la vida 

(Donde el amante se duele por no poder decirle su amor al amado.)


Al bé que vull més que la vida
no podent dir-li el meu amor,
peno sovint trist i amb enyor
amb tal dolor que em treu la vida.

Jo bé concec que em força amor
pel pur plaer de gentilesa:
falla l'esforç en el millor
si no en té l'avinentesa.
Jo us dic que és pena infinida
tenir devant el desitjat
i no poder haver mostrat
aquell desig que el cor li crida.


Bernat Fenollar, segle XV

 



(La adaptación al catalán actual ha sido realizada por la poeta Dolors Miquel en su preciosa antología Cap home és visible)




Donde la bloguera dice su amor por esta lengua.

I


Tacto desnudo ella soledad

Ella tacto soledad desnudo

Desnudo soledad tacto ella

Soledad ella desnudo tacto


Soledad



Elsie (o la madre de la artista)
June Blum 1929
 

Ella





Magdalena del Carmen Frida Kahlo Calderón, nació en Coyoacan, al sur de la Ciudad de México, el 6 de julio de 1907.

Desnudo



Elaine Dufor
Sylvia Sleigh 1916

Tacto


Primeras caricias
Mary Cassatt 1844-1926


"El contacto, en cuanto sensación, es una parte del mundo de la luz. Pero lo que se acaricia no se toca, hablando con propiedad. Lo que busca el otro no es la suavidad o el calor de la mano con la que se entra en contacto. La esencia de la búsqueda de la caricia consiste en el hecho de que la caricia no sabe lo que busca. Ese no saber, ese desorden fundamental, es lo esencial." E. Lévinas.

Porcia



Elisabetta Sirani 1638-1665


"Un ejemplo de tema histórico es su obra Porcia hiriéndose el muslo (1664), que representa a la esposa de Brutus tratando de probar a su marido que es digna de su confianza, hiriéndose el muslo para demostrar su valentía, cualidad asociada comúnmente a los hombres."


Alegría


Autorretrato
Judith Leyster 1609-1660

Ella pinta.

Dignidad



Autorretrato
Alice Neel 1900-1984

Pero algunas no abandonan la partida.

Plenitud y áspid



Cleopatra
Artemisia Gentilescchi  1593–1656

"La mirada del otro modela mi cuerpo en su desnudez, hace que nazca, lo esculpe, lo produce tal como es, lo ve como yo nunca lo veré. El otro guarda un secreto: el secreto de lo que soy" J.P. Sartre

¿Pretendía Artemisia contarnos sólo el suicidio de Cleopatra?

(Esta entrada está dedicada a con todo mi afecto a Mertxe)


Un poco de luz




Mujer con lámpara japonesa
Lilian Genth 1876-1953


¿Es mucho pedir
                     un poco de luz
                                            y belleza?


La partida de ajedrez



La partida de ajedrez
Sofonisba Anguissola 1532-1625

O, tal vez, "las cuatro edades", la mujer jugando la partida de la vida.

Garzas, sauce y camelias en la nieve




                                      Garzas, sauce y camelias en la nieve, Japón, S. XIX

Hoy estas amapolas cumplen dos años. A pesar de mi paso errático a veces, de largas permanencias y alguna que otra ausencia, tengo la sensación de haber consolidado lazos, una especie de círculo sagrado, con una puerta abierta, bidireccional, una casi certeza de que algunos estáis ahí, siempre, para cuando las amapolas renazcan a pesar de su octubre, o incluso si pasado ese octubre decidieran convertirse en otras para desafiar su lento avance hacia la nieve, de que sabéis también que yo estoy ahí, que la ausencia es engañosa, que en realidad nunca he dejado de cruzar la puerta que me lleva hasta vosotros.

En aquella
primera entrada, el nombre del blog iba acompañado del  anuncio "para arrancar un poco de belleza al tiempo, a los días...". Después lo borré, me parecía pomposo, pero en aquel momento se trataba casi de una cuestión de supervivencia. Necesitaba en aquellos días arrancar la mínima belleza que pudiera encontrar cómo y dónde fuera y necesitaba decirlo. Decir nunca es un acto banal. En aquel momento fue una invocación. Y la respuesta, inesperada. Me encontré de pronto rodeada de voces amables, voces que acompañaban, protegían y consolaban mucho más de lo que suponían. Es entonces cuando se comprende el sentido de las palabras de los profetas: "Buscad y encontraréis, pedid y se os dará". Ellos nunca aseguraron que encontraríamos lo que buscábamos ni que se nos daría lo que pedíamos pero, maliciosos, tampoco advirtieron que tal vez sería mejor, mucho mejor.

Después, fui dejando por aquí otras voces, sonidos, imágenes que pretendían ser una suerte de espejos, un modo de decir oblícuamente, esto soy yo, o quisiera ser, en cualquier caso, forma parte de mí. Y -os disteis cuenta- había un eje, no tanto esa escritora brasileña sobre la que habéis tenido todos la bondad de permitir que me repitiera machaconamente, sino el de la poesía, y el de la poesía escrita por mujeres, y un tipo de escritura que casi siempre apuntaba a cierta instancia más allá del lenguaje, a eso que precisamente por su cualidad de indecible ha recibido tantos nombres, desde lo místico a lo real.

Todo eso formaba parte de mí. Pero la persona es tantas, hecha de tantas superficies y rugosidades y corrientes subterráneas. Quién sabe a dónde va a parar una piedra cuando se deja caer al fondo de un pozo. Y aunque mostré, en pocas ocasiones, es cierto, alguna que otra superficie más tangible, siempre dejé de lado un aspecto que también soy yo, aquella que, cuando le han preguntado "si te hubieras encontrado en el caso de los muchachos que se perdieron en la nieve y que para sobrevivir tuvieron que alimentarse de carne humana, ¿lo habrías hecho?" responde sin la menor vacilación "por supuesto".

Gracias, gracias a todos.





Mis disculpas. Quería dejar los comentarios abiertos y no supe hacerlo. ¡Suerte que me han avisado! Ahora sí que la casa está abierta de par en par. Gracias una vez más.

Shangri-La





Acaba de aparecer el último número de la revista de cine y literatura Shangri-La. Se trata de un número temático dedicado al lenguaje de la memoria. Sus editores han hecho un espléndido trabajo. El resultado es de verdad hermoso. Se puede descargar aquí: Shangri-La, número 11, El lenguaje de la memoria.

 "Pero, ¿qué sabía Marguerite Duras?, una aproximación a El arrebato de Lol V. Stein", es el título del texto con el que participo. Se encuentra en Shangri-la, 11.1.




Canción



José María Sicilia, Eclipses

Song

began gold
in the eyes
wind lifting
sheets

whispered
the classic
tetxts salt
in your mouth


so to slide
and slice breath



comenzó el oro
en los ojos
el viento levantaba
las hojas

susurraban
los clásicos
textos salados
en tu boca

y así deslizarse
así cortar el aliento
 de Curves to he Apple, Rosmarie Waldrop



La humillación



Clarice Lispector padecía de insomnio crónico. También era compulsivamente fumadora. Como haría Ingeborg Bachmann pocos años más tarde, una noche de 1966, tras haber tomado su habitual dosis de somníferos, encendió un cigarrillo. Se quedó dormida. Tanto Ingeborg Bachmann como  Clarice Lispector estaban solas. Ingeborg Bachmann murió. Clarice Lispector, sin embargo, vivía rodeada de gente: uno de sus hijos, las criadas, ocasionales invitados. Así que tuvieron tiempo de salvarle la vida y el rostro, mientras ella intentaba salvar sus manuscritos.
Una mañana de 1968, cuando C. Lispector había ido a entregar uno de sus artículos a la revista Manchete, su director, Justino Martins, tras rechazarlo le sugirió que "para ser más productiva y competente debería actualizar su agenda sexual". Dicen que C. Lispector lo miró con humildad y respondió: "No puedo acostarme con nadie, Justino. Tengo todo el cuerpo quemado."
Me pregunto si Don Justino se dio cuenta de que la humillación por él sufrida había sido infinitamente superior a la que había pretendido infligir.

En la foto, Clarice Lispector (segunda por la izquierda) en 1968, encabezando la "marcha de los cien mil" contra el terror de la dictadura de Costa e Silva

R


Me pides recuerdos. Que recuerde con r. Mi arma, con r, me dices, ¿recuerdas la r? claro, respondo con r. No parecen tan remotos mis recuerdos, aunque en realidad sí lo sean ya aquellas horas llenas de r. Y me sorprendo cuando compruebo con r que no, que tal vez no las recuerde todas. Que algunas, con r, se han borrado. Pero sí, sí recuerdo, por ejemplo, éstas. Hay otras con r. Pero éstas, éstas son de las mejores. Con r.




















LXI


A media noche, envuelta en paños oscuros para no ser advertida,
rondé tu casa. ● Iba y venía. ● Tus persianas, tus puertas, cerradas…
Como el ladrón, en puntillas, me acerqué, una, dos, tres veces,
a tocar las paredes que te protegían.


Alfonsina Storni


Apenas


Apenas los días
inquieta
la luz muere
silencio




Ha nevado todo el día


Me vais a permitir que sea un poquito cursi. Es lo que tiene la nieve, que produce una especie de borrachera  y una se deja arrastrar por ese "Tombe la neige, tu ne viendras pas ce soir... triste certitude..."





Mi calle se ha llenado de pronto de niños que juegan. Se oye la algarabía, ellos brincan, los adultos sonríen. Como un milagro.

Diversas




Hoy se cumplen veintinco años de la muerte de Salvador Espriu. Me sumo aquí al homenaje convocado en su recuerdo. Disculparéis que no traduzca el poema. Ninguna de sus versiones me ha convencido. Tampoco la mía, porque diversos son los hombres y diversas las hablas y no todos los nombres convienen al mismo amor.


Diversos son els homes i diverses les parles,
i han convingut molts noms a un sol amor.

La vella i fràgil plata esdevé tarda
parada en la claror damunt els camps.
La terra, amb paranys de mil fines orelles,
ha captivat els ocells de les cançons de l'aire.

Sí, comprèn-la i fes-la teva, també,
des de les oliveres,
l'alta i senzilla veritat de la presa veu del vent:
"Diverses són les parles i diversos els homes,
i convindran molts noms a un sol amor."


Nikté tiene razón así que, aunque se pierda toda su sonoridad, ahí va:

"Diversos son los hombres y diversas las hablas,
y han convenido muchos nombres a un solo amor.

La vieja y frágil plata se convierte en tarde
detenida en la claridad sobre los campos.
La tierra, con trampas de mil finos oídos,
ha cautivado a los pájaros de las canciones del aire.

Sí, comprende y haz tuya, también,
desde los olivos,
la alta y sencilla verdad de la prisionera voz del viento:
«Diversas son las hablas y diversos los hombres,
y convendrán muchos nombres a un sólo amor.»"

Traducción: José Batlló




Salvador Espriu


A. cumple 20 años


Foto: Ricardo Sánchez


Mañana A. cumple 20 años. Y saberlo, sentirlo, me ha producido por fin una alegría calma, la sensación casi bíblica de que "todo se ha cumplido, lo que debía hacerse se ha hecho". Alegría que no sentí cuando A. decidió vivir en otra ciudad. Fue entonces una pérdida que parecía multiplicar todas las de aquellos días cuando apenas me rodeaba otra cosa que melancolía y duelo.

Rara alegría como si pudiera de nuevo mirar otras puertas, mirarlas de verdad, no desaparecida la de madre, pero sí situada en la dimensión que le corresponde, retirada de ese exclusivo primer plano que velaba, cuando no ocultaba, todas las demás, curiosamente no hacia el exterior, no en apariencia, sino hacia dentro, en algún lugar recóndito y, sin embargo, omnipresente.

Ahora que los planos se han desplazado y se suceden en mi campo de visión como un travieso holograma, tal vez sea el momento de detenerme, de observar, de salir del silencio, o no.












Poppy, Georgia O'Keefe