Días de pasión



"Cada palabra nuestra -en el tiempo que denominábamos vacío-, cada palabra era tan leve y estaba tan vacía como una mariposa: la palabra volteaba desde dentro contra la boca, las palabras se decían pero no las escuchábamos (...) sólo veíamos las bocas moviéndose pero no las oíamos; mirábamos uno hacia la boca del otro viéndola hablar, y poco importaba que no escuchásemos, oh, en nombre de Dios, poco importaba.

(...)

En esos intervalos pensábamos que estábamos descansando uno de ser el otro. En verdad era el gran placer de no ser el otro. Todo terminaría cuando acabase lo que denominábamos intervalo de amor; y porque iba a terminar, pesaba tembloroso con el propio peso de su fin ya en sí. Me acuerdo de todo eso como a través de un temblor de agua.

Ah, ¿será que nosotros originariamente no éramos humanos?¿Y que, por necesidad práctica, nos volvimos humanos? Eso me horroriza, como a ti. Pues la cucaracha me miraba con su caparazón de escarabajo, con su cuerpo reventado hecho de tubos y antenas y blando cemento; y aquello era innegablemente una verdad anterior a nuestras palabras, aquello era innegablemente la vida que hasta entonces yo no había querido.

-Entonces... entonces, por la puerta de la condenación comí la vida y fui comida por ella. Comprendía yo que mi reino es de este mundo. Y esto lo entendía por la parte del infierno que hay en mí. Pues en mí misma me he visto cómo es el infierno.

(...)

Y todo eso -¡oh, horror mío!-. todo eso ocurría en el amplio seno de la indiferencia... Todo eso perdiéndose a sí mismo en un destino en espiral, y éste no se pierde a sí mismo. En ese destino infinito, hecho solamente de cruel actualidad, yo, como una larva -en mi más profunda inhumanidad, pues lo que hasta entonces se me había escapado era mi real inhumanidad-, yo y nosotros como larvas nos devoramos en carne blanda.

¡Y no hay castigo! He ahí el infierno: no hay castigo. Pues en el infierno gozamos del regocijo supremo de lo que sería el castigo, del castigo hacemos, en este desierto, más un éxtasis de risa con lágrimas, del castigo hacemos en el infierno una esperanza de gozo."

De La pasión según G.H., Clarice Lispector




Ten piedad de mí, Señor de La pasión según San Mateo, Johann Sebastian Bach

El descubrimiento de Eula Beal debo agradecérselo a Antonio Castellón que nos la ha traído hoy a su Cuaderno nocturno.

36 comentarios:

alittlepainagain dijo...

SUBLIME. Y creo que no hace falta poner nada más ;).

Un beso Bel.

Isabel Mercadé dijo...

Cuánto me alegro de que te haya llegado así, Little pain, con tu sensibilidad...
Que tengas hermosos días.

MGJuárez dijo...

Habré de releer con más profundidad este texto que nos ofreces. Un alma realmente atormentada -lo comento sin ningún sentido peroyativo-, seguro su sensibilidad le hacía percibir elementos que para otros mortales sean más insignificantes, quizás por desconocimiento, quizás por incapacidad. No sé.

He leído otros textos y no me han parecido tan herméticos.

Aún así, un pasito más para llegar a conocer esta autora.

Gracias Bel.
Montse.

Isabel Mercadé dijo...

Montse, benvolguda:

¿"La pasión según G.H." es un texto hermético? Sí y no. Hay que leerlo entero. Es prosa lírica y hay constantes alusiones a la biblia, tanto al Viejo como al Nuevo Testamento, a un montón de filósofos, al existencialismo sobre todo, al Talmud (Lispector era judía) y, como digo, hay que leerlo entero pues viene con sorpresa... y no puedo decir nada más. Si quieres conocerla, tienes razón, es mejor empezar por sus Cuentos reunidos, o alguna otra de sus novelas.

Gràcies, sobre tot, per l'interés i la visita.

Un petó ben gran.

MGJuárez dijo...

Lo que he leído de este texto aquí, me ha parecido hermético, y es seguro habré de leerlo con más detenimiento. Cada uno precisa de su ritmo.

Si, atenderé tu recomendación de empezar por otras lecturas.

Abraçades,
Montse

Conde de Galzerán dijo...

"Ceci n'est pas une Mozart". Para alegria de todos, claro. Chapeau, Bel.

Isabel Mercadé dijo...

Querido Conde:
Me alegra su alegría, pero, vea, no es mérito mío. Como ya explico, todo el mérito es de Antonio.
(Ah! Y ya sé que no es tacañillo. Gracias por el espléndido beso)
Uno enorme para usted.

ybris dijo...

En días de pasión subyuga esa mirada de Clarice Lispector a las palabras con vuelo de mariposas golpeando contra labios que hablan y no pronuncian, a los momentos en que descansamos de ser los otros, al recuerdo de nuestro destino de humanos cuyo reino sí es de este mundo en el que no hay castigo.
Y, desde luego, en tiempos de pasión emociona -por encima de cualquier interpretación religiosa- la belleza de esa grabación antigua de la Pasión de S. Mateo de Bach en la voz de Eula Beal con esos jovencísimos Jehudi Menuhin y Antal Dorati.

Gracias a ti y a Antonio Castejón por estos momentos de paz.

Un beso.

Clarice Baricco dijo...

¿Qué te digo mi querida Bel? Te diré lo mismo que ella: "Dame tu mano".

Un libro amado, gracias a tí.

También es un descubrimiento Eula Beal.

Mis abrazos.


Graciela

Ani B. dijo...

Desde ayer intento decir algo después de la lectura, hoy tengo el cuerpo adolorido de escribir lo imposible de escribir (la hermosa adicción poética) y con este dolor en la espalda encuentro, releyendo el texto... esta impecable materialidad del lenguaje en Lispector (disculpa el atrevimiento, apenas la conozco). Cuando la palabra es carne y se toca, se huele... y no significa, se fragmenta. Es como despojarse de los velos que envuelven el impacto de lo real y quedarse con 'la cosa', ejercicio que hace Duras cuando dice "la muerte de una mosca es la muerte" (Escribir).

Cada día me interesa más esta autora, en parte te lo debo a ti! gracias Bel. Me gustaría leerte a ti, saber de tu mirada a esta escritura.

(¿estas en Factor serpiente? ¿te inscribiste? si es así, búscame)

Me quedo con ganas de continuar este diálogo tan fecundo.

Muchos besos

Isabel Mercadé dijo...

Querido Ybris:
Es curioso que te haya transmitido paz Clarice Lispector, ya que normalmente los comentarios que sobre ella recibo van en sentido contrario, como si sólo llevara consigo la inquietud o el desasiego. A mí, sin embargo, me ocurre también, me trae la paz de por fin encontrar en palabras escritas algo muy similar a aquello que vivía en mí, inquietamente, buscando un modo de ser dicho.
Respecto a la grabación, qué decir, un emocionante descubrimiento, sí.
Que pases hermosos días.

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Graciela:

¿Sabes que mandó que lo pusieran como epitafio en su tumba?
"Dar la mano a alguien es lo que siempre esperé de la alegría".

Un besazo y un abrazo con las dos manos.

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Ani:

Una vez más me impresionan las coincidencias, entre tú y yo, y en las que encuentro entre Lispector y Duras (otras veces hablé ya de ellas en las amapolas, ya te contaré donde, si quieres).
¿Sabes que leí "Escribir" después de haber leído "La pasión" y el episodio de la mosca me impresionó no sólo en sí mismo sino en las coincidencias con el de la cucaracha en Lispector?
Ambas van, efectivamente, al centro de la cosa.
Y no sólo de la cosa, sino de la cosa en su forma aparentemente más banal. Por ejemplo, hacer cosas que han provocado la hilaridad de los testigos, como perseguir a una mosca con un trapo hasta conseguir sacarla por la ventana y no por, como dice la expresión española, "es tan bueno que es incapaz de matar una mosca" sino
porque, efectivamente,la muerte de una mosca es la muerte.
Besos para ti.

Marisa Peña dijo...

"Mi reino sí es de este mundo"...¡qué frase! El texto es maravilloso y la música como bien han dicho SUBLIME. En fin somos de este mundo con todas sus miserias y sus grandezas. Como siempre gracias por este momento de belleza.Un abrazo "de este mundo".

Felipe Sérvulo dijo...

Cada día te esmeras más. Mis felicitaciones.
Un abrazo virtual en la espera de que algún día sea real.

Isabel Mercadé dijo...

Querida Marisa:
Una frase de éstas que, por su precisión y perfección hasta parecen obvias una vez dichas. Me alegro de que también hoy hayas encontrado algo de belleza.
Un besazo.

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Felipe, querido, me has recordado a la profesora de labores y trabajos manuales (o algo así se llamaba la asignatura)... desde luego prefiero eso a que me hubieras dicho que cada día soy más chapucera, por ejemplo, así que te lo agradezco muchísimo.
Un gran abrazo.

princesadehojalata dijo...

Gracias Bel, me sumo a los que hemos descubierto a Clarice Lispector gracias a ti, ayer leía el cuento Felicidad clandestina y te imaginaba a ti como esa niña que camina dando saltos con un libro en su mano.

Un beso muy fuerte.

mjromero dijo...

...pero es un lenguaje muy distinto, y se uno lee-volando sobre las palabras... a mí M.Duras me lleva feliz a otro mundo interior, lleno de inquietud también pero en el que me reconozco, en cambio, las palabras de Lispector más conceptuales, demasiado concepto, para hacer de ella una lectura fácil,me llevan más a un infierno interior, más infierno, más oscuro que el de M. Duras,
y puedo reconocerme en las palabras de ambas...
es el mundo en que me muevo con más facilicad...
Un abrazo enorme.

qué casualidad acaba de llegarme un comentario tuyo.

gloria dijo...

Las palabras de Clarice y la voz de Eula (a quien no conocía)...
Una vez más, queridísima Bel, me has salvado.

Gracias. Te abrazo.

Mertxe dijo...

Cuando crees que has alcanzado el sentido final de una frase, resulta que estalla en mil ideas que te abren caminos y más caminos. No puedo, confieso que no puedo llegar muy lejos con esta mujer, se me escapa por todas las esquinas... De repente me recuerda a la Duras, y eseguida la veo muy lejos, lejos de todo en realidad. Pero qué fuerza, amiga mía, qué fuerza dramática hay en cada línea. Y misticismo, mucho, mucho misticismo. Tendré que ponerme a la tarea de leerla.

Buenas tardes, Bel.

alba dijo...

Es la tercera vez que leo el texto, Bel, y sigo sin poder decir nada. Gracias, eso sí, siempre, y un dulce beso de los míos, también. Pero nada más.
"Cada palabra era tan leve y estaba tan vacía como una mariposa: la palabra volteaba desde dentro contra la boca, las palabras se decían pero no las escuchábamos". Leo esto y es como que no puedo leer nada más. Y sin embargo, no sé por qué, sigo.
Gracias, gracias, gracias.

Anónimo dijo...

Tengo que reconocerte que Agua viva me está costando un poco más que Aprendizaje o Un soplo de vida (el segundo me costó nada y menos porque me lo bebí y el segundo tres cuartos de lo mismo). Pero la voz de Clarice está ya guardada en mi cabeza y mi cerebro debe segregar yo qué sé qué cosa buena al leerla, porque disfruto.

Me gusta eso de las palabras como mariposas. Seguramente porque me recuerda a Nubosidad variable (Martín Gaite) donde se habla de cazarlas (las palabras) y de soltarlas, de darles vida.

Una abraçada.

Anónimo dijo...

El segundo y el segundo. Con el primer el segundo me refería a Un soplo de vida, porque estaba puesto en ese lugar. Con el segundo el segundo me refería a Aprendizaje, porque me lo leí en ese orden...

Isabel Mercadé dijo...

Princesa:
Después de "La mujer más pequeña del mundo" que es una maravilla de ironía y ternura, el segundo cuento que leí de la Lispector fue "Felicidad clandestina" que es otra maravilla de ternura, crueldad y apasionada declaración de amor a la lectura. Que me hayas imaginado a mí como esa niña me ha emocionado...¿sabías que está basado en un hecho real de la vida de ella?
Un gran gran abrazo.

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Cierto, Alfaro, sin embargo, los cuentos que comento arriba, con Princesa, tienen también otro lenguaje, mucho más aéreo donde, como Duras (en la entrevista que Bernard Pivot le hizo en Apostrophes, respondía también a alguna que otra pregunta manteniéndose en silencio; hay que reconocer que él salió airoso del trance)realiza el silencio. Aquí más bien lo explica conceptualmente, sí, y con todas esas alusiones a la tradición y el canon filosófico.
También yo te había reconocido.
Un beso, querida Alfaro

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¡Ay, Gloria! ¡Qué trance! Dudo que salve a nadie, pero si alguna de estas palabras o imágenes o música robadas te han proporcionado un momentito de algo parecido a la felicidad, me quedo encantada.

Un beso enorme.

Isabel Mercadé dijo...

Mertxe:
También a mí me la ha recordado siempre aunque, como bien dice Alfaro, haya diferencias en el lenguaje. Sobre el misticismo se ha discutido muchísimo. Hay un ensayo muy interesante que ve esta obra como una parodia de la Biblia. Puede ser, pero hay más, mucho más; como señalas, la Lispector es irreductible.

Otra diferencia no insignificante con la Duras es la posición de ambas. Mientras la primera estaba respaldada por una cultura poderosa, la Lispector tenía en contra su país de la samba según el imaginario occidental. Ésa es la razón, la única, por la que la una es mucho más conocida que la otra.
Si te pones a la tarea, como dices, me encantaría conocer tus impresiones.
Un gran abrazo.

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(*:
Pero ¡qué exagerada! ¿gracias? Ni que lo hubiera escrito yo... pero es un gran placer para mí traerlo aquí y que una sensibilidad como la tuya se detenga.
Gracias a ti, preciosa (*.
Un beso, de esos dulces.

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Fusa, querida, más o menos había entendido el orden y, en todo caso, había entendido lo más importante, lo que querías decir.
"Agua viva" es distinto, sí, esa reflexión sobre las relaciones y los límites entre las artes.
Si me permites, para ti, la última y, según algunos críticos, quizá la mejor "La hora de la estrella".
Me alegro tanto de que segregue eso bueno en tu talentosa cabecita...
(Tengo que volver a leer "Nubosidad variable")
Un petonás, bonica.

viamax dijo...

Muy bueno tu blog, muy interesante. precioso post.
Salu2

Isabel Mercadé dijo...

Gracias por tu visita y tus consideraciónes, Viamax.
Saludos.

ZenyZero dijo...

¿Puede el infierno ser el desamparo de no ser castigados? Anegados a vivir una vida con el límite de la palabra. Ruido.

Bocas en movimiento, nada más. Eso debe ser el Cielo; y saber que quien me habla me hablará eternamente.

Qué gozada, Bel... (gracias!!)
Un abrazo
Chuff!!

Isabel Mercadé dijo...

Y una gozada tus conclusiones, Zenyzero. "Que quien me habla lo haga hasta la eternidad". Dicen que para que un deseo se cumpla hay que saber formularlo. Éste es tan perfecto...no quiero que se me olvide. Me lo apunto en la libretita secreta de los deseos.
Un gran beso.

Roberto dijo...

Un auténtico deleite este texto...escrito con sangre y vísceras.

Ese no castigo, ese infierno tiene que ver con terminar con las palabras...un silencio que de momento no podrá con nosotros
un beso

Isabel Mercadé dijo...

Sí, terminar con las palabras nada tiene que ver con el silencio y sí mucho con el infierno. Qué certero, Roberto.
Un beso para ti.

A dijo...

Es un texto extraño, misterioso y hermético...es como una nueva Clarice, desde mi desconocimiento. Me gusta el misterio del descubrimiento....Gracias, por ello. Un beso.

Isabel Mercadé dijo...

Me gusta que te guste, June. Descubrir algo nuevo siempre es estimulante y a veces emocionante.
Un beso para ti.

Vagamundo dijo...

Un hallazgo, en verdad, preciado y precioso.

Palabras que hieren, pero que nominan sentimientos, allá donde las calles y las rutas y las sendas del tiempo ya no tienen nombre.

Amparo dijo...

Querida Bel, estás hecha una experta artesana, un escrito como el que muestras tejido con la maestría única de lo bien hecho. Gracias por traerlo y por multiplicar su efecto con el video.
Muchos besitos guapa

Isabel Mercadé dijo...

Eso pretendo, Vagamundo, transmitir ese hallazgo que fue para mí la Lispector.
Me alegro de que para ti también lo haya sido.
Un abrazo.

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Amparo, querida, ¿artesana? bueno, en la medida en que pueda serlo quien recorta y pega...pero te agradezco mucho tu visita y tus palabras.
Un beso.

giovanni dijo...

Me encanta ese "oh, en nombre de Dios, poco importaba" al final del primer párrafo. Me toca (golpea suavemente) y hace muy viva el texto y la persona que habla.

Y que bella metáfora al fin del segundo párrafo: como a través de un temblor de agua.

No es coincidencia que otra vez me encanta el fin del próximo párrafo: "La vida que hasta entonces yo no había querido." Intriga, hace curioso.

Castigo transformado en una esperanza de gozo... Mmm

No conozco el libro. Son largos días de pasión?

Un beso

Isabel Mercadé dijo...

Querido Giovanni:
No, no es muy largo. Si has disfrutado con estos fragmentos, es probable que encontraras en el texto completo múltiples y variadas esperanzas de gozo, pues hay que leerla como lo has hecho tú, despacio, deteniéndose en cada párrafo. Está considerada una o incluso la mejor obra de la Lispector. Aún así, algunos de sus lectores han confesado tener dificultades para terminarla.
Un beso enorme para ti.