LXI


A media noche, envuelta en paños oscuros para no ser advertida,
rondé tu casa. ● Iba y venía. ● Tus persianas, tus puertas, cerradas…
Como el ladrón, en puntillas, me acerqué, una, dos, tres veces,
a tocar las paredes que te protegían.


Alfonsina Storni