La madre




Hojeando el periódico, descubro que la televisión pública de Barcelona va a emitir esta noche “The mother”. Tengo la impresión de que la crítica pasó de puntillas por esta película. Ante tanta realidad, ni siquiera tuvieron la generosidad de proporcionarle, al menos, el regalo del escándalo. Incluso esos atrevidos traductores que pueden convertir un título en cualquier otra cosa, en este caso ni osaron decir “La madre” y, cerrando los ojos –tal vez así lograrían no ver-, optaron por el original “The mother”.

No sé si la película es buena. Yo misma enmudecí tras su visionado. Pero sí estoy segura de que es necesaria, y muchas más que, como ella, aborden este tema. ¿Y cuál es? El deseo… en una mujer, madre y abuela, que ha superado con creces los sesenta.

El deseo de una mujer invisible, que esta película obliga a ver -y sólo a través de la mirada es que los seres ven certificada su existencia-. Esta mujer, nos dicen su director, Robert Michell, y su guionista, Hanif Kureishi, y los actores, Anne Raid y Daniel Craig, existe. No es nadie.

¿Cuántas novelas, poemas, películas abordan ese tema en un hombre? -“Desgracia”, por citar una reciente-. ¿Y no se deshacen en elogios los críticos de cómo es tratado con delicadeza y lucidez y cómo el deseo bla, bla, bla?

¿Cuántas novelas, poemas, películas lo hacen sobre una mujer? Quizá porque conozco tan bien su obra, sólo recuerdo ahora mismo una, el cuento “La búsqueda de la dignidad”, de ella, claro, Clarice Lispector:

Por fuera –vio en el espejo- ella era una cosa seca como un higo seco. Pero por dentro no estaba seca. Todo lo contrario. Parecía, por dentro, una encía húmeda, blanda, como una encía desdentada.
Entonces procuró un pensamiento que la espiritualizara o que la secara de una vez. Pero nunca había sido espiritual. Y a causa de Roberto Carlos ella estaba envuelta en las tinieblas de la materia, donde era profundamente anónima.
De pie en el baño era tan anónima como una gallina.
En una fracción de fugitivo segundo casi inconsciente vislumbró que todas las personas son anónimas. Porque nadie es el otro y el otro no conoce al otro. Entonces, entonces cada uno es anónimo. Y ahora estaba enredada en aquel pozo hondo y mortal, en la revolución del cuerpo. Cuerpo cuyo fondo no se veía y que era la oscuridad de las tinieblas malignas de los instintos vivos como lagartos y ratones. Y todo fuera de época, fruto fuera de estación. ¿Por qué las otras viejas no la habían avisado (…)?
(...)
Y ella vivía como si también fuese alguien, ella que no era nadie.
La señora de Jorge B. Xavier era nadie.








46 comentarios:

Dante Bertini dijo...

no tenía ni noticias de este film...
habrá que verlo.
Un comentario tal vez frívolo, pero, ¡vaya tentación para esta pobre (y muy afortunada) madre!

Isabel Mercadé dijo...

Querido Dante:

La señora de Jorge B. Xavier, la protagonista del cuento de la Lispector, a quien desea es a Roberto Carlos, sí, el cantante. Es cierto que Roberto Carlos no se materializa al otro lado del espejo, pero su huella, fantasmáticamente, está ahí, exactamente igual que la de Daniel Craig. Mujeres sexagenarias mirándose al espejo que les desvela tanto la textura de su cuerpo y de su alma... como la imagen, insobornable, de su deseo.

Claro que puedes frivolizar. No sé como sobreviviríamos sin el chiste.

Dicen que Freud le preguntó a una viejecita amiga suya:
"Señora X, ¿a qué edad desaparece el deseo?"
Y que ella respondió:
"No lo sé".

Besos.

Blanca Andreu dijo...

"Porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe"

Luis Cernuda

odette farrell dijo...

Buscaré también esa película...

El problema es que el alma no envejece, pero el cuerpo sí... y con tantos tabús en esta sociedad tememos ser juzgadas por nuestros deseos

Anónimo dijo...

Lo malo no es envejecer, sinó creerse que las mujeres, y tambien los hombres sin poder, no tienen derecho a envejecer. Por que qué es sinó la obsesión por esconder la enfermedad, la debilidad y la muerte?

Alguien nos miente, peró por qué nos dejamos?

M'agrada el teu blog i l'afegesc al meu.

http://vidapervida.blogspot.com

Marisa Peña dijo...

¿Quién le pone alas al deseo? El pudor, la "mala educación" sexual y los prejuicios sociales y morales que enseñan lo que es o no correcto...Sexo y juventud,¿por qué? Siglos de miedo y vergüenza hicieron de la mujer y su madurez un momento de ocaso degradante, de sensualidad escondida, de apagar las luces y dar por finalizada la función.
Un tema apasionante que últimamente me da qué pensar...
Besos preciosa.

Clarice Baricco dijo...

Fíjate que hace un mes tuve la película en mis manos, estaba en el centro comercial y me llamó mucho la atención, pero me distraje con otros títulos que adquirí. Espero encontrarla en estos días.

Es muy interesante tu planteamiento, para mucho café y conversarlo. Es una propuesta que me regalas para el programa de las mujeres.

Doris Lessing en su novela "De nuevo el amor" trata el tema.
Un poco también Coetzee en "Elizabeth Costello".
Y de películas, me acordé de "Elsa y Fred" y del director Ingmar Bergman.

Me dejas tarea.

Abrazos.

Graciela

PD. En cuanto a nuestra cartelera, no siempre es aceptable. Varias películas de mis listas son compradas y otras en el cine.
Hay una tienda dedicada al cine y música y ya te imaginarás como enloquezco.
Creo que ya debería de subrayar las que más me gustaron verdad?

Antonio Martín Bardán dijo...

Hola, Bel.
Me parece a mí, y creo estar en lo cierto, que el deseo no tiene edad alguna. Es una fuerza inconsciente que nunca ha mirado ni mirará nuestra partida de nacimiento.
Y, bueno, está bien que así sea, ¿no?

Un abrazo.

Isabel Mercadé dijo...

Querida Blanca,

Certera como de costumbre, nos lo traes a él, que tanto sabía del deseo, de cómo decirlo, de cómo decir el no saber.

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Odette, sé muy bienvenida.

Sí, incluso tal vez tengamos miedo de juzgarnos a nosotras mismas. Curiosamente, tanto director como guionista, son hombres.

Vi de nuevo la película. Me gustó el tratamiento que le dan, porque la protagonista no es ni una santa madre (de hecho su hija tiene mucho que reprocharle y parece que con razón), ni lo contrario, sólo una mujer que en un momento crucial, del que puede depender el resto de su vida, decide no resignarse.

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Muy bienvenida también Vida per vida,

Al escribir tu nombre me parecía como si continuara con el comentario a Odette, contando la película, cuando la protagonista dice "Sólo le pido a Dios que me permita vivir antes de morir".

Mencionas el otro punto clave. Ciertamente, ella es invisible porque no tiene poder, y a un hombre podría sucederle lo mismo y, desde luego, sería escandalo en ambos casos que intentaran realizar sus fantasías.

La diferencia, es que ellos han podido decirlo, han podido dolerse en voz alta. Ellas han tenido que callar. De ahí la pregunta en el relato de Clarice Lispector: "¿Por qué no la habían avisado las otras viejas?"

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Querida Marisa,

Me gusta muchísimo tu alegato, porque es así, la madurez de la mujer vista como ese "momento de ocaso degradante", ese verse forzadas a "apagar las luces y dar por finalizada la función".

No me extraña que con tu sensibilidad sea una de las cosas a las que das vueltas.

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Linda Graciela,

Me encantaría tener contigo ese mucho café y esa mucha conversación. Tal vez algún día...

Entretanto, me alegro de contribuir, aunque sea tan mínimamente, al trabajo de esas mexicanas que saben latín.

"De nuevo el amor" es una novela notable sobre ese tema, pero la diferencia tal vez esté en que la protagonista es un alter ego de la autora y es, por tanto, una mujer poderosa, a la que, como se insinuaba arriba, de alguna manera le están permitidas esas "excentricidades".

Voy a buscar "Elizabeth Costello" y ya te contaré. También tú me dejas tarea...

Creo que simplemente la cartelera es distinta y, sobre todo me llama la atención, con diferentes tempos.

Sobre la pregunta, sí, a muchos nos encantaría saber tu opinión.

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Gracias a todas. Un gran abrazo.

Isabel Mercadé dijo...

Antonio:

¡Qué alegría verte de nuevo por aquí!

Estábamos escribiendo a la vez.

No puedo por menos que estar de acuerdo con todo lo que dices, otra cosa es cómo eso se manifiesta, o se prohíbe su manifestación, en los códigos sociales.

Un abrazo.

Clarice Baricco dijo...

PD. Tienes razón en lo que me comentas. Olvidamos a las frágiles.
Ya compré la película, acá la titularon: Infidelidades de mi madre (Pecado familiar) (The mother). Me dispongo a verla.

Besos.

G

Diana H. dijo...

Hola Bel, que interesante y real tu propuesta. Es la primera vez que oigo sobre la película. El deseo es parte de la vida misma, no podría imaginar no sentirlo. Es notable cómo no se le perdona esto a una mujer por pasar de cierta edad.
Si es sobre un hombre, es poético; si es una mujer se suele ver hasta ridículo. Como si el paso de los años fuera cerrando las puertas a nuestros derechos de sentir.
También disfruté con Elsa y Fred, como uno de tus amigos que comentan.
Es un mundo despiadadamente arbitrario con quienes van perdiendo la preciada juventud, sobre todo la femenina.
Yo defenderé mi derecho a desear con toda mi fuerza. Impresionante el texto de Clarice, lo leí hace poco.

Un beso.

virgi dijo...

Hermosa aportación para reflexionar.
No he visto la película, lo intentaré porque según lo que cuentas y el trailer parece muy real.
El valor de vivir algo que te arrastra poderosamente, no suele estar bien visto a esas edades.
Un abrazo, gracias por la entrada

Isabel Mercadé dijo...

Graciela, querida:

¡Qué rapida has ido! Espero con ansiedad tu opinión.
(¡Ay, Dios! casi mejor que no hubieran traducido el título, eso de pecado familiar...)

Disculpa que no comentara tus aportaciones aquí sobre cine. Entusiasmada con las novelas, se me pasó. Bergman, desde luego. En cuanto a "Elsa y Fred", la vi cuando se estrenó y creo que en mal momento, porque tengo un recuerdo muy borroso. Seguiré tu sugerencia y la veré de nuevo.

Más besos para ti.

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Luzdeana,

Lo definiste muy bien, poético en él, ridículo en ella.

Y me encanta que ya hubieras leído el texto y que Clarice Lispector tenga una lectora más (estoy empeñada en una especie de cruzada, intentando que sea conocida y reconocida como se merece).

Un abrazo.

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Gracias a ti, Virgi,

Y menos en una mujer.

Por cierto, me gustó mucho el haiku que dejaste para "Acercanza".

Un abrazo.

Olvido dijo...

Bueno, vengo por aquí después de las vacaciones y veo un montón de post nuevos. Te leo despacio Bel. Un beso

Conde de Galzerán dijo...

Me gusta esa frase final de Clarice. Me recuerda a una escena de El Tragaluz de Buero Vallejo. Una protagonista le pregunta al otro, ante una fotografía callejera donde aparece gente urbanita circulando. ¿ Quiénes son?. -Nadie- responde el otro.

Todos somos alguien en nuestro entorno más corto pero desconocidos para el resto. Sólo el sistema se encarga de recordarnos interesadamente los que son alguien; aunque el tiempo acaba por devolverlos al saco del anonimato del resto de anónimos. ¡Son tan pocos los célebres inmortales!.
Está claro que con el paso del tiempo, los sentidos y los órganos pierden capacidad y cada vez nos cuesta más reconocer nuestro propio cuerpo. Nuestro físico toma voluntad propia y nosotros quedamos atrapados dentro, ineficaces.
Pero en la mayoría de los casos nuestra voluntad de seguir vivos no decae; y esperamos seguir seduciendo a los demás y que estos nos sigan queriendo. Nuestro anhelo sexual se va transformando en otra cosa, pero el deseo continua. Los jóvenes son también anónimos pero son palmarios. Lo trágico es que el senecto es transparente. Invisible. Y si por casualidad se le atina, se sabe que es un desecho.
Es cierto que hay más obras que abundan en el renacimiento de un nuevo amor o de una relación anciano y señorita-(o)-. Deduzco que se debe a que la mayoría de obras están vistas desde la óptica del hombre, porque son ellos los que más actúan en este sentido. La mujer anciana todavía no se ha despojado de este antiguo pudor, habitualmente. Y aunque tanto los hombres como las mujeres somos iguales, las sexualidades y los alicientes son distintos, en cada una de las etapas de la vida. Cambiar esta tendencia sólo es responsabilidad de ellas y que logren borrar la palabra escándalo de sus mentes. Conozco casos cercanos de mujeres – no poderosas- mayores que han emprendido nuevos amores o han cumplido deseos esporádicos con chicos(o chicas) jóvenes.
Aún así, creo que tanto los hombres como las mujeres maduras, en un vínculo emocional y sexual con gente joven se producen usualmente de un modo no natural. Siempre hay un intercambio de poder económico o promocional muy marcado por la belleza, el deseo o el propósito de seguir sintiéndose joven y resistirse a quedar fuera de lo que comúnmente llamamos mundo. Hay un sinfín de casos que todos conocemos en todas las áreas y estratos sociales.

A fin de cuentas, notarse alguien es tan fácil o complicado como sentirse solo o no. Vejez y soledad van parejos. Cada cual debe enfrentarse a ello como pueda o sepa. Hay quien lo logra.

Interesante el tema, Bel. Siempre haces que me extienda más de lo inicialmente pretendido.

Gracia Iglesias dijo...

Muchas gracias por la recomendación. Tiene muy buena pinta.

Clarice Baricco dijo...

PD. Sí, a menudo son absurdos los títulos que les ponen. A veces hago corajes por eso.

La película me gustó. Mucho que pensar y reflexionar. Desde ese inicio de sumisión ante el esposo de amarrarle los zapatos por ejem, o quizá eso sea la demostración de amor, en fin. La insatisfacción interna que traía, la incomprensión y etc.

Pero creo que el escándalo es porque habiendo tantos hombres, ella decide que sea el novio de su hija. Pero, se dice que uno no se enamora del desconocido, ni del primero que pasa, aunque suele suceder, sino con quien charlas y convives.

Esto es a manera general, pero la película me pareció un tema fuerte y un final duro. Sigo pensando que no nos preparan para la soledad y menos para la muerte. Tan necesario educarnos en estas áreas.

La actriz me pareció estupenda. Él también, un cínico.

¿Y a ti que te pareció? a ver si coincidimos.

También me acordé de una película que se llama "Herida", con Jeremy Irons y la chica Binoche. Otro destrozo familiar debido al padre.

Al fin me animé a subrayar las películas que recomiendo. Ya está en casa.

También aproveché de comprar "Tres tiempos" de Hou Hsiao Hsien, me gustó también.

Seguimos...

Abrazos.

G

ZenyZero dijo...

Has vuelto!!
Hay asuntos que no conviene airea
r, no por nada, sino porque no son comerciales; reportan poco dinero.
No he visto la película, pero el argumento merecerá mis esfuerzos por ello.

El párrafo que has transcrito de Lispector es increíble tantno en tan poco espacio. Es precioso.

UN abrazo, Bel
Chuff!!

Amparo dijo...

Hola Bel, me alegro que estén los comentarios abiertos, menos mal que me ha dado por mirarlo bien. No conocía la película, quiero verla y a ver como me la apaño.
Oye, se me han saltado las lágrimas con el párrafo final...

Esta entrada es magnífica Bel, un homenaje sin duda excelente a tantos sentimientos solo muertos por fuera pero tan vivos y florecientes por dentro.

Das en el clavo por completo de una realidad que no se aborda apenas.

Gracias por compartir algo así de importante.

Besos guapa

Espejismos dijo...

Gracias, Bel, por la diferencia y deferencia. Si no sale en la portada de algo uno se lo pierde, sobre todo yo, que apenas veo tv, ni leo noticias (de los críticos ni hablar). Se ve interesante, y la veré apenas pueda. Aunque te daría pena enterarte de lo primero que atrajo mi atención en la foto que pusiste del film, jajajaja... Es que lo brutito no se me quita. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Vuelvo despacito pero vuelvo y me quedo en "De pie en el baño era tan anónima como una gallina". Qué frase y qué imagen tan brillante y a la vez tan dolorosa. No podía fallar, Clarice, ni podías fallar tú tampoco. La película no la he visto, pero sí sé lo que es ser nadie, porque todos somos anónimos, sí. Lo que me arde por dentro, ahora, es querer vivir como si fuera alguien.
T'escric i parlem, que tinc ganes.
Una abraçada.

A dijo...

Hola Bel, acabo de regresar y me encuentro con esta entrada tan suculenta. No he podido ver la película, ni siquiera tenía información sobre ella, ¡lástima!, otra vez será. Es curioso, algo que a unos les puede parecer escandaloso, otros lo asumimos con gran naturalidad: el deseo a cualquier edad del ser humano, y punto. Otra cuestión es cómo lo resuelva cada cual. La causa de la distinta valoración que se hace de este sentimiento en función de ser hombre o mujer todos sabemos cuál és, y, además de ser ridícula, está totalmente desfasada, como demuestra la realidad, aunque no todo el mundo lo tenga asumido.Así que, adelante con la vida...
Me alegra mucho que estés de nuevo en marcha. Me vuelvo a ir pero regresaré pronto.

Isabel Mercadé dijo...

Olvido,

Encantada, como siempre, de que te pases por aquí pero, también como siempre, no te sientas obligada.
Besos.

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Querido Conde,

Pues me alegro de que te parezca interesante y de que éste sea un lugar para ti donde extenderte. Yo, encantada.

En realidad, la última frase del cuento es "¡tiene! ¡que! ¡haber! ¡una! ¡puerta! ¡de saliiiiiida!"

Claro que es susceptible de un montón de interpretaciones, pero yo aprovecho el hilo que he traído... que es el de la visibilidad, esa puerta de salida como la posibilidad, o imposibilidad, de darle voz o color o imágenes.

Una abraçada.

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Gracias a ti, Domadora,

Me da que te gustaría.

Abrazos.

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Graciela, querida,

Sí, mucho que pensar...

Tienes razón, ella no es ninguna santa, ni tampoco el resto de los personajes. Tal vez por eso la crítica no sabía qué decir, porque los autores no se posicionan. No hay alegato. Todos son egoístas, tienen miedo e intentan sacar lo que pueden del otro.

A mí, finalmente, lo que me parece más interesante es que a ella pretenden sacarla de ese juego, todos los mensajes son "tú ya no", y ella consigue entrar y desbaratar, aunque sea por unos días, el partido.


Un gran abrazo.

Isabel Mercadé dijo...

¡Qué sorpresa verte por aquí,Zenyzero! ¡Cuánto tiempo!
Me alegro de que te haya interesado y me encanta la facilidad con que dices en una sola frase, simple y certera, lo que yo con mil palabras:
"Hay asuntos que no conviene airear".

Un besazo y un chuff enorme.

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Querida Amparo,

También tú lo has dicho "una realidad que no se aborda apenas".

Me emociona (y de alguna manera me gusta) que se te hayan saltado las lágrimas con la Lispector, significa que no ha dejado indiferente a una sensibilidad como la tuya.

Un abrazo grandísimo.

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Mi Horacio,

Me imagino en qué te has fijado
¿Cómo brutito? Más bien vivito (además de sensible y tantas cosas que sabes que pienso de ti) y no, no, que no se te quite, aunque no creo, es tan poderoso...

Gracias a ti, por lo mismo.

Un gran beso.

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Pequeña gran Fusa,

Veo que en ti siguen reverberando las palabras de Lispector. Aunque eres alguien, para mí muy muy alguien, está bien eso de vivir cada día con la conciencia de querer serlo, de querer existir.

Una gran abraçada.

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Rosa, querida,

Hoy hablaba de ti. Espero que nos veamos más pronto que tarde. Entonces podremos comentar esto y mucho más.

Una abraçada.

Mariano Cruz dijo...

Aquello de la materia y el anonimato es algo tremendamente interesante. Nunca he leído a Clarice Lispector, pero este párrafo vale toda una biblioteca. Felicidades por el post.

Anónimo dijo...

Suena superinteresante!! Hare por verla y disfrutarla.

Un abrazo muy fuerte.

odette farrell dijo...

No había escuchado la música.... qué buen jazz!

PÁJARO DE CHINA dijo...

Bel, llegó aquí vía el puente de plata de Stalker, los soperos, Blanca ... Es precioso tu blog y lo leeré despacio. Me gusta el cine, me gusta Clarice (gustar no es el verbo; me resulta necesaria), me estremece esa versión de Youkali por Ute Lemper que elegiste para poblar el aire ... Sí, tendré que leerte despacio y aquí me tendrás, batiendo las alas. Un beso grande.

Isabel Mercadé dijo...

Gracias, Mariano.
Me alegro mucho de verte por aquí y de que te haya interesado el post. (Es que estoy en una especie de cruzada de difusión de la Lispector, todavía no reconocida como su escritura merece). La materia es una constante en su obra. Este tratamiento es la otra cara de la moneda. Habitualmente aborda la materia desde el punto de vista espinociano: la materia como elemento común al yo y al otro, todos materia primigenia, materia de dios, anónimos tal vez, pero divinos.
Un abrazo.

Isabel Mercadé dijo...

Oceánida, ¡cuánto tiempo, qué alegría! Espero que te guste, pero espero más no perderte otra vez de vista.
Un beso.

Isabel Mercadé dijo...

Odette:
Pues también para mí ha sido un descubrimiento relativamente reciente, aunque es un clásico.
Me gusta mucho ésta:
http://www.youtube.com/watch?v=yyWq5_kf9vs
Un abrazo.

Isabel Mercadé dijo...

Sé muy bienvenida, Mariel, y muchísimas gracias por tus cálidas palabras.
También yo había leído tus hermosas intervenciones en los blogs de nuestros amigos (para mí recientes). Ahora mismo voy a visitarte.
Un gran abrazo.

el objeto a dijo...

Hay deseos que son tabús y se acallan siempre, mi madre me dijo que con la menopausia por fin desaparece la madre y sólo queda la mujer, eso debe ser lo insoportable para el hombre,

magnífico post, Bel, ese texto de Lispector es fabuloso. Anónima como una gallina, es brillante y poético. Esa idea de que el deseo nos hace anónimos porque nos confunde con el otro. Los grandes sabios, los grandes filósofos son a menudo los escritores y no los académicos
un abrazo

Isabel Mercadé dijo...

El objeto a:

Gracias por tus generosas palabras.

Para magnífica tu madre. Jamás había oído explicación sobre el tema tan inteligente y certera.

Pues ahora mismo pensaba yo en dejar un comentario en tu post. Trajinaba yo esta mañana en la playa un libraco de Nietzsche sobre la verdad y me he acordado de ti, pero allí te lo cuento.

Un abrazo para ti.

Belnu dijo...

También yo acabo de descubrir la música, ¡tenía el volumen quitado las otras veces! muy buena, apunto el link.
La frase de la madre de V è giusta, como dirían los italianos. También me gusta la cita de Cernuda sobre el deseo que ha traído Blanca A. En cuanto a Clarice, yo todavía tengo los ecos de sus cuentos y de Celebración de un mundo en mi cabeza...

Isabel Mercadé dijo...

Este "è giusta" se queda resonando en los oídos... qué "giusta" es su manera de decirlo. Gracias por traer aquí esta otra música.
Clarice es como una piedra lanzada al agua, sus ondas se multiplican (a pesar de lo manido de la imagen, es que es eso)reverberando.
Un abrazo, Bel.

Isabel dijo...

Ojeo tu blog y me gusta, me detengo es este post, buscaré la película porque me encanta el cine y el tema promete.
Pero sobre todo me gusta Clarice Lispector, siempre vuelvo a ella.

Gracias por recordármela.

Isabel Mercadé dijo...

Isabel,
¡He encontrado a otra Isabel, y además Isabel M.!
(sólo es una broma por el pequeño alboroto del último post).
Y me alegro tanto de esta afinidad, de que nos reconozcamos en lo que L. Freixas llama secta (según ella, los lectores de la Lispector, más que legión, son secta).
En realidad ya te conocía, me había llamado la atención tu blog a través de Fernando Valls, pero no me había decidido a dejarte alguna señal. Por suerte lo has hecho tú.
Gracias y bienvenida.

Isabel González dijo...

A buenas horas llego a los comentarios. Pero no puedo sino agradecerte tu sugerencia. Hanif Kureishi es un guionista excelente. De él he visto 'Contra la pared' y os la recomiendo. Brutal y preñada de dolor y deseo. Seguro que 'La madre' tampoco decepciona. En cuanto a Clarice Lispector, qué decir. Con todos mis respetos, es una 'jodida' diva de la literatura. Gracias Bel.

Isabel González otra vez dijo...

Estoy agotada a estas alturas de la semana. La película 'Contra la pared' es de Fatih Akin (espero no equivocarme ahora). La 'peli' sigue siendo genial pero no es de Hanif Kureishi. Y ya no digo nada más para no volver a fastidiarla. Besos y feliz fin de semana.

Belnu dijo...

Es verdad que este espacio está lleno de Isabeles! Yo soy la misma zbelnu del otro día, quería agradecer tu respuesta a mi comentario. Cómo me gusta volver a ver la foto de esa mujer avec les cheveux défaites, perdón por mi esperanto de traductora, y esa expresión troublée y por eso troublante, la que asustó a todos esos que, contabas, enmudecieron y ni siquiera osaron traducir el título. Mis letritas de hoy: nonse, que es como decir Nonsense!

Isabel Mercadé dijo...

Isabel González:
Muchas gracias por tu doble visita. Me gustaría saber si tienes blog para devolvértela.
Conozco la película. El protagonista, sobre todo, está espléndido. Curiosamente, unos turcos me dijeron que no les había gustado, que no era una película turca, claro que tampoco consideraban turco a Orhan Pamuk.
Un abrazo para ti.

Isabel Mercadé dijo...

Querida Bel Nu,
Gracias a ti por volver hasta aquí. Me encanta tu esperanto. Es esa conciencia de que hay palabras insustituibles, nunca significan lo mismo en el otro idioma. Y me gusta como tú lo subrayas.
(O como "no sé", que es una forma de saber, mucho).

Isabel González dijo...

No, Bel. No tengo blog, pero me doy por visitada. Seguiré el tuyo que es emocionante y valiente. Un abrazo a la espera de conseguir la película 'Mother'. Gracias por la recomendación.

Isabel Mercadé dijo...

Querida Isabel G.,
Emocionada estoy yo con tus consideraciones sobre el blog por razones que seguro en parte adivinas.
Un abrazo fuerte para ti.