Confiado animal





I.M.


Despedida

La carne, que envejeció muy bien conmigo,
la mano rugosa, que sostuvo fresca la mía,
ha de quedarse sobre el pálido muslo,
rejuvenecerse la carne, por un instante,
para que así venga más rápido el derrumbe en ella,
rápido llegan las arrugas, casi sanas,
y todo sobre la rígida musculatura.

No ser amada. El dolor podría ser aún
mayor, se siente muy bien, toca a la puerta.
Pero la carne, con su línea abierta en la rodilla,
las arrugadas manos, todo ello sobrevino de noche,
el curtido omóplato, donde ya no crece ningún verde,
donde alguna vez se mantuvo oculto un rostro.

Avejentada en cien años, en un solo día,
el confiado animal fue llevado bajo latigazos
a su armonía preestablecida.

Traducción de Bruno Onetto





Ingeborg Bachmann



47 comentarios:

Jenn Díaz dijo...

Primero de todo y antes de que se me olvide: me gustan mucho las pinturas que subes tuyas, aquella manzana, aunque no lo dije, me gustó mucho, y este color de hoy me gusta mucho, pienso que el poema, de tener uno, sería el morado, así que, bajo mi criterio, has dado de lleno.
El poema me parece profundamente femenino. Y también maduro: maduras las palabras, maduras las sensaciones que despierta y madura, imagino, la época en que fue escrito. Y, por supuesto, me encanta todo ese mundo invisible y débil que nos envuelve a las féminas. Esa parte nuestra tan frágil y tan de confiado animal.
Una abraçada, Bel.

Marisa Peña dijo...

La vejez viene despacio, como un dolor de nieve...Eso he sentido al leer el poema.Eso y la necesidad de aceptar ese rostro arrugado que nos mira desde el espejo y nos obliga a reconocernos en nuestra , como muy bien apunta Fusa, "fragilidad" aparente.
Me gusta venir a refugiarme entre tus amapolas, ahora que octubre se acerca.Besos querida Bel

mjromero dijo...

Qué coincidencia vengo del blog de Begoña de leer un poema de la misma autora,
aquí un poema sobre el paso del tiempo y la ausencia del amor y allí, sobre el pánico y el grito.

Apenas conozco a esta autora y me ha gustado lo que he leído hoy.

gracias por el poema,
un beso.

(ah, muy sugerentes estas fotografias que acompañan estas últimas entradas).

Dante Bertini dijo...

NO ES LENTA LA VEJEZ, NI MUDA
bello y terrible poema; aunque no comparta su visión, me gusta

Nikté dijo...

No se por donde comenzar, así que lo haré por orden de aparición.

Ese dibujo tuyo es como si se desvaneciera un dulce algódon de azúcar, tan apetitoso...

El poema, de nuevo una mujer.
Es bien triste, también bien cierto.

Me fascina la figura femenina en su aspecto literario, y no es que no lo sienta por los hombres, a ellos les entrego mi ternura.

Anónimo dijo...

I tot el poema queda concentrat en una sola estrofa: l'última.

Bellíssimes imatges per a una vida.I cruels, i tan esfereidores!!!

Todo el poema concentrado en la última estrofa. I versos bellisimos y cruentos.

Stalker dijo...

Un poema que da cuenta de la insondable termita que nos horada por dentro y por fuera... magnífico.

abrazos, Bel

Conde de Galzerán dijo...

Intenso. Sin embargo y desconozco si es por la traducción o no, denoto alguna contradicción interna. Hay algo, que cruje levemente. Bueno, es sólo mi opinión.
Gracias por descubrirme poetas ignotos para mí, Bel

virgi dijo...

El mapa de la vida entre las líneas de la noche.

No conocía a esta autora, gracias, Bel. Un beso de madrugada

alba dijo...

¿Sabes qué es lo que he dicho muy bajito cuando he terminado de leer este poema? Pues unos versos de Mariel que el otro día me dejaron huella y que, desde entonces, me he venido repitiendo, a veces, aquí y allá, de tanto que me gustaron y por todo lo que despertaron en mí:

"Quiere saber dónde está el alma.
Por eso visita las carnicerías".

La imagen también parece carne, carne que se abre. O eso me ha sugerido. Carne flor.

Un dulce beso, Bel.

SONIA FIDES dijo...

Tod un descubrimiento tu blog, tenía razón quien me dijo que hacías las cosas de manera exquisita.

Saludos

Isabel Mercadé dijo...

Muchas gracias, Fusa, por tus consideraciones. Me da algo de apuro confesar que esta imagen no es un dibujo, es una fotografía y, para mayor delito, capturada con un móvil. Tengo que comprarme una cámara, pero es que no acabo de tomarme yo en serio en estas lides. Todo empezó un día, no hace mucho, en que mi abogado necesitaba fotos de la calle donde había tenido un accidente. Como nadie de mi entorno parecía encontrar el tiempo para hacerlas (yo me creía totalmente negada) acabé por pedir una cámara y hacerlas yo misma. Resulta que a algunas de esas personas les encantaron (era una y otra vez la misma calle con sus correspondientes señales de tráfico). La demanda por fin no se llevó a cabo y las fotos se perdieron, pero a mí me quedó el veneno de encuadrar lo que veo.

El poema, magnífico, sí, y, es cierto, maduro y femenino, aunque como dicen más abajo, no comparta totalmente la visión de I. Bachmann.

Una abraçada molt gran.

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Gracias a ti también, Marisa, con mis mejores deseos (aunque ya lo he dicho en tu casa) de que tengas mañana un día fantástico.

Un abrazo.

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Me alegro de que te haya interesado, Alfaro, es una de las grandes del siglo XX, aunque no tan conocida como merecería, y me da que muy cercana en cierta sensibilidad a Alfaro.

(le cuento la historia de esta imagen arriba a Fusa, la de la pintura de la manzana involuntariamente mística ya la debiste de ver en la otra entrada).

Un abrazo.

Isabel Mercadé dijo...

Querido Dante,

Como le decía a Fusa, estoy de acuerdo contigo, en todo, en los adjetivos que el poema merece, y en no compartir del todo su visión. De hecho, a un amigo bloguero, Stalker,

http://lostinmarienbad.blogspot.com/

que hablaba ayer sobre envejecer, le dejé esta cosa que escribí una vez:

Dejar de fumar es como aprender a aniquilar el pasado, y el pasado quizá sea lo único que se tiene. O tal vez no se posea ni siquiera eso, apenas un cuerpo que se va desdibujando lentamente. Aunque a veces lo hace de pronto. Un día alguien se levanta, se mira en el espejo y no se reconoce, como si la noche hubiera borrado toda huella del antiguo rostro, como si los ojos que, cansados y duros, empañados de perplejidad, rendición y miedo, la están mirando desde una piel extraña, pertenecieran a una desconocida.

Más besos.

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Nikté,

Me encanta eso que dices del algodón de azúcar, me trae momentos irrecuperables, algunos de la infancia únicos, de excepcional felicidad, llenos de olores y música y ruidos de feria, aunque la imagen no lo merezca del todo (arriba, con Fusa, la historia).

Que estoy segura de que es mucha ¿y tu humor?

Un abrazo.

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Vida per vida,

Sí, ahí, se condensa todo. Belleza, terror, crueldad, habéis dicho. Es de esos finales magníficos, que todo lo anudan dolorosamente.

Una abraçada.

Isabel Mercadé dijo...

Mi querido Stalker,

Si el poema es bello y terrible, tu imagen no tiene nada que envidiarle...
(Y una vez más, encantada con las afinidades).

Un abracísimo.

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Estoy de acuerdo contigo, mi
Conde, por eso he puesto el enlace con el traductor. Sí, algo, muy levemente, "grinyola", pero como no sé nada de alemán...

Petons.

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Virgi,

Pues de verdad que, como ya hemos repetido aquí, vale la pena no perdérsela.

Me alegro de que te haya interesado.

Besos ahora casi vespertinos.

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Querida (*,

También fueron esos los versos de Mariel que más llamaron mi atención. Espléndidos. ¿Sabes que el poema está basado en una historia real? Al menos eso se dice, que Descartes desesperado por la muerte de su hija mandó construir un automáta a su imagen y semejanza y que el capitán del barco en el que viajaba, aterrorizado, la tiró por la borda.

Con todo esto nos hemos olvidado de I. Bachmann. Carne flor que se abre... tu imagen tampoco tiene nada que envidiar a las de ellas.

Un gran abrazo.

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Gracias por tu visita y tus generosas consideraciones, Sonia,


Alguna sospecha tengo sobre quién es la también generosa persona que me visita en silencio y parece que luego dice cosas de mí que no sé si merezco, y nada menos que a poetas como tú.

Saludos afectuosos.

ybris dijo...

Un placer encontrar aquí la ocasión de detenerse en un poema de Ingeborg Bachmann.
Una despedida desde un rejuvenecimiento instantáneo que cae en un derrumbe sin remedio.
Tan triste como cierto.

Besos.

el objeto a dijo...

El uso de la palabra, (que no la palabra en sí) parece encajar con el mundo, escribía Wittgenstein en sus notas. A veces la poesía me parece directamente un milagro, una proeza, poder decir con palabras lo que éstas no consiguen decir...

la vejez no es lenta, estoy de acuerdo con Dante y con la poeta, sobreviene de noche, y no es unicamente el omoplato, ese pliegue, lugar de acogida, en el que no crece ningún verde,

a mí la vejez me sorprende

abrazos

Isabel Mercadé dijo...

Ybris,

No lo había interpretado de ese modo. Es una interesante otra mirada, pero es cierto, hay en el poema un momento, como dicen a veces antes de la muerte, en el que pareciera que todo se recobra.

Un beso.

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Sí, El objeto a, se lo decía a Dante arriba, también yo estoy de acuerdo con él.

A mí me sorprendieron las primeras señales y creí que a partir de ahí sería un proceso cotidiano y normalizado, pero no, ese despertarse una mañana con el sobresalto del cambio repentino que intenté explicar una vez en ese pequeño fragmento, se repitió después.

Mediodía ya. Que tengas un buen día, o lo que queda de él, V.

PÁJARO DE CHINA dijo...

Bel, intuyo qué intuiciones te condujeron a encabezar el poema de Bachmann con tu foto "fuera de foco", que me sigue intrigando a pesar de haber leído la preciosa cadena de comentarios y descubrir su origen.

El color dominante es mi preferido, es mi color talismánico y fetiche. Duermo con una piedra de amatista bajo la almohada y cazo violetas en sus múltiples declinaciones. Yo siento que fotografiaste una explosión, un cataclismo fatal y bello pese a su pertenencia al orden del desastre.

Y va tan bien con el poema ... al leerlo percibo el envejecimiento como un accidente, una deformación de la expectativa. Creemos (confiados animales) que el cuerpo jamás nos fallará, hasta que se acerca el torno del dentista o te ponen en horizontal sobre una camilla de quirófano. Cuando se produce el desajuste, la falla en el mecanismo, te das cuenta de que el cuerpo tiene vida propia, ajena y rebelde a tu voluntad. El cuerpo puede abandonarte.

Y sí creo que ese abandono es del orden de la nocturnidad y de los latigazos (y escribo esto mirando tu reloj y su leyenda "tempus fugit"). No advertimos el tiempo hasta que vemos sus marcas, en estado de shock. Es raro ... la voluntad o las fuerzas nos dejan lentamente, pero el cuerpo muta de golpe ante nuestros ojos (se trastoca, se encoge, se corrompe en 24 hs.).

Al menos yo no he advertido mi "fisicidad" sino de esa manera brutal, en la que ya no soy el ama de mis huesos, sino que mis huesos me domestican hasta ponerme de rodillas y pedirles tregua y reconciliación.

Eso es lo bello, supongo. Descubrir que tenías un cuerpo y hacer las paces con sus sediciones. Seducirlo. Que la pulsión de vida arda entre los escombros, como ese magma violeta de tu foto, que parece ascender en una espiral alucinada sobre una carrocería rígida e inmóvil.

Es raro, también, que la carrocería parezca paralizada y el magma, una flor incesante (¿será la voluntad de vivir, de sobrevivir al derrumbe?).

Conseguite una cámara pero no abandones la del móvil.

Sos bella, Bel, y como en todo hay una "armonía preestablecida", así es la foto, el poema y tu cara en la foto que alguien tomó.

Un abrazo muy fuerte.

Goliardo dijo...

Verdaderamente impresionante, Bel, tal parece que todos andamos acosados por el tema del paso del tiempo y sus marcas físicas. Pero creeme que en lo que a mí respecta, el caminar por estos caminos de encuentros con tanta sensibilidad afín, me hace sentir cada vez más joven, aunque la carne y la piel se empeñen en señalar lo contrario.
Hermoso regalo el ilustrar con tus imágenes, en este caso sacando belleza (veo como un ramillete de moras en las nieblas pixeladas)de algo tan poco bello como un teléfono celular. Y además debo agradecerte por hacerme escuchar a la gran Chabuca una y otra vez, mientras te leo y te escribo.
Y claro, hermoso y crudo el poema que nos regalas.
Un gran abrazo goliárdico, querida amiga.

Isabel Mercadé dijo...

Querida Mariel:

Leí ayer tu comentario y quedé tan abrumada que no supe qué responder. Hoy sigo sin saber qué decir (ya ves, en mi conflictiva relación con las palabras, siempre me traicionan cuando más las necesito) excepto gracias por tu atenta atención (la redundancia es del todo voluntaria y estoy segura de que me entenderás). Eso es lo más que se puede recibir de la amistad.

En cuanto a las palabras que dejas en tus comentarios, son en sí mismas un texto precioso, poético, un regalo que es una lástima que se pierda y se olvide aquí. Te diría que las guardaras bien, avariciosamente, quién sabe cuándo pueden ser justamente las que precises.

Sólo deseo que la próxima vez que te arrodilles sea por la emoción de haber alcanzado esa reconciliación. Con todas mis fuerzas.

Un abrazo inmenso.

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Mi Goliardo:

Y también por un deseo de revelarnos o desvelar algo, como tú que nos ofreces ahora tu rostro, desde luego infinitamente más interesante que esa foto que ponías como avatar.

Es algo cíclico, que estoy segura si no se enquista sirve para atravesar etapas saliendo de ellas algo más sabio. Tengo la impresión de que en tu caso ha sido así.

También desde aquí, un abracísimo, Alejandro.

Isabel Mercadé dijo...

Goliardo:

Se me olvidaba decirte cuánto me alegro de que te haya gustado esa otra Chabuca Granda, esa voz tan distinta a la que por lo menos aquí se conocía.

A mí me ladescubrió una amiga bloguera que la conoce bien

http://trazofreudiano.blogspot.com/

Otro abrazo.

A dijo...

Etapas, todas ellas de aprendizaje, sí, estoy de acuerdo contigo Bel, deben servir para hacernos un poco más sabios. Un abrazo.

Isabel Mercadé dijo...

El problema es que entre el "deber" y lo real hay abismos no siempre fáciles o deseable salvar.
Otro abrazo, June.

LA ZARZAMORA dijo...

Le hacían falta los latigazos (?)

Saludos.

Isabel Mercadé dijo...

No hay respuesta para esa pregunta, Eva. Como es una metáfora, habría que preguntarse si hacen falta las metáforas y entonces deberíamos preguntarnos por la necesariedad de la historia entera de la literatura, desde antes de la Biblia, con especial atención a ésta, precisamente...

Amparo dijo...

Querida Bel, gracias por descubrirme a esta poeta, no la conocía, pero sobre todo, me ha gustado mucho esa "cosa" como tú llamas a tus maravillosas letras, las que has dejado por aquí en medio de los comentarios, ese sentir tuyo tan acertado, preciso, en el que es tan fácil reconocerse.

Copio tus letras:

Dejar de fumar es como aprender a aniquilar el pasado, y el pasado quizá sea lo único que se tiene. O tal vez no se posea ni siquiera eso, apenas un cuerpo que se va desdibujando lentamente. Aunque a veces lo hace de pronto. Un día alguien se levanta, se mira en el espejo y no se reconoce, como si la noche hubiera borrado toda huella del antiguo rostro, como si los ojos que, cansados y duros, empañados de perplejidad, rendición y miedo, la están mirando desde una piel extraña, pertenecieran a una desconocida.

Así es, Bel,lo has expresado perfectamente!!

Un beso enorme

Belnu dijo...

Precioso tu cuadro. Difícil por su aridez interna el poema, he tenido que quitar la música tuya para escucharlo.
Yo leo a veces a I. Bachmann, "No sé de ningún mundo mejor", leo el alemán para ver cómo suena y para encontrar las palabras (sé muy poco de esa lengua, pero me gusta y me imagino su voz).
Ich weiss keine bessere Welt.
Die schwachsinnige Moral der Opfer lässt wenig hoffen.
No sé de ningún mundo mejor.
La moral imbécil de las víctimas deja poco que esperar, dice la traducción de Jan Pohl.
Siempre es muy dura... Creo que era ella la amiga de Bernhard a cuyo suicidio aludía Tala...

Dice en otro:

No dar testimonio, guardar silencio, vivir,
la vida prescrita, vivir,
el sol, que no saca nada a la luz,
tampoco molestar al sol, a nadie
molestarle.
Es una molestia no esperar: no temer nada.

Su idea de la vejez, es cierto, tampoco coincide con la mía...
Qué bonita foto

Clarice Baricco dijo...

Me dolió el poema. No conocía a la poeta.
Pero en el dolor del poema, sonrío pensando en tu futura cámara.

Mis cariñotes.

ZenyZero dijo...

Todo cuanto te dije cayó en el olvido. Sólo quedó mi mano en tu muslo. Por eso me recuerdas, sin arrugas y con ellas.

Todo cuanto te pedí, me lo diste. Aquí tienes los surcos del tiempo, resecos como el desierto, con el corazón enterrado.

Un abrazo
Chuff!!

antonio manuel fernandez morala dijo...

El inexorable paso del tiempo fisico, y las arrugas que produce en el alma de las personas con sentimientos altruistas y de libertad;repartiendo vida y dandose cuenta de ello.Es la despedida de la conciencia del tiempo, de la sonrisa tranquila y mirada al horizonte de la nostalgia.Besos Bel.

Goliardo dijo...

Querida Bel, te dejé un pequeño obsequio en Goliardos... Espero que te guste, y si no, lo que vale es la intención, que desde ya es buena.
Cariños a raudales (perdón por dejar el regalo tarde, acá son casi las 11 de la noche, por lo tanto allá son casi las 4 de la mañana ¡Buen día!)

Diana H. dijo...

Querida Bel, mucho de lo dicho por otros me has provocado. El tiempo, la vida, sus huellas. El espejo de vidrio, el registro propio de la realidad.
Y curiosamente (otra vez...), antes de llegar acá, he posteado una despedida a un anciano vecino en la forma de una estampa de su vejez, que escribí meses antes de que falleciera.
Un beso. No dejes de emocionarnos.

Lola Torres Bañuls dijo...

Maravilloso poema. He entrado varias veces a leerlo, me gusta muchisimo.
Más que nada saludarte para eso sobre.

Un abrazo Bel.

Isabel Mercadé dijo...

Querida Amparo:

Muchas gracias por tus generosos comentarios. Significa mucho para mí que una mujer como tú, tan cercana y cálida, y a quien al mismo tiempo respeto tanto en todos los aspectos, se haya sentido de esta manera próxima a esa "cosa". Con esta única opinión me basta para sentir que ninguna de esas palabras fue inútil.

Un abrazo enorme para ti.

Isabel Mercadé dijo...

Gracias, Bel Nu, por esa entusiasta consideración. Es una foto en realidad (arriba a Fusa le cuento la historia).
Sí, ella era con frecuencia árida y seca, casi áspera, como ese hermoso poema que me has dejado.

Sé poco de su vida personal, sólo que mantuvo una difícil relación amorosa con Paul Celan, y que, aunque no está clara la razón de su muerte, todo comenzó con su ingreso en un hospital tras haberse quedado dormida con un cigarrillo encendido, como C. Lispector unos años antes...

A mí también me gusta esta foto, llena de luz, tan distinta a las que normalmente se muestran.

Abrazos, Bel

Isabel Mercadé dijo...

Querida Clarice:

Gracias, me alegro de que te haya dolido, eso significa que es un buen poema :)

También yo sonrío, ya ves, porque siempre lo pienso pero nunca encuentro el día (¿también tendré que empezar a preguntarme por qué?)

Un abrazo grande.

Isabel Mercadé dijo...

Zenyzero:

Tú sí que no envejeces ¿verdad? Hay algo en ti tan retozón y vivo, que no puedo imaginarte en ese proceso.

Besos, muchos.

Isabel Mercadé dijo...

¡Ay, Antonio! No sé si esa angustia ante el envejecimiento tiene algo que ver con la bondad de nuestros sentimientos, parece más bien algo tan primario y universal...
Un abrazo grande, querido amigo.

Isabel Mercadé dijo...

Gracias, Goliardo. He recibido todo ese cariño que te devuelvo llena de agradecimiento.

Isabel Mercadé dijo...

Querida Luzdeana:
Ahora mismo voy a verlo. Supongo que a partir del momento que descubrimos que "no volveremos a ser jóvenes", estas imágenes se vuelven recurrentes, al margen del grado de angustia o aceptación que puedan suscitarnos.
Un abrazo grande.

Isabel Mercadé dijo...

Lola:
Es que ella es una maravillosa poeta. ¿Verdad que vale la pena detenerse y repetir?
Tengo muchas ganas de visitarte. Ahora voy.
Un beso.

Lola Torres Bañuls dijo...

Bel:

Pues yo me adentrare más en su poesía. Tengo que leerla, leerla, leerla.SI vale la pena detenerse en su poesía. Es una joyita de las grandes.

Un abrazo Bel y gracias por tu visita a mi pequeño mundo Desde el Medierraneo.

Isabel Mercadé dijo...

Ya me contarás, Lola. Y tal vez me descubras muchas cosas. No creas, yo no la conozco tanto.
Gracias a ti.
Un beso grande.

Alicia M dijo...

Querida Bel..Recién ayer, cuando mi hijo vino a visitarme y me contó que había visto un comentario tuyo en mi blog...descubrí que no lo había leído, y lo que es peor, contestado. Sucede que paso poco tiempo en la computadora. Leo lo que puedo y a menudo me embarullo y no dejo comentarios y ni siquiera veo los mios. Es un problema de tiempo...pero no de frialdad hacia los amigos blogueros. Tu blog es hermoso y los comentarios hacia mi goliardo son siempre muy interesantes e instructivos.Sé que el los lee con placer y que aprecia mucho tus críticas. Es un placer encontrarte. Desde ya, que te seguiré visitando y te dejo mi cariño...

Mertxe dijo...

Ay, Marisa, la vejez es también un lugar en el alma. Sobreviene de pronto, también de noche, al menos nunca hay luz, y alguien, a la mañana siguiente, desde el otro lado del espejo nos grita su decrepitud, nada que ver con lo que luego nos llevamos a la calle, pero es así, es así cuando ya se ha desvanecido esa voz que nos llamaba niña, o Mertxita, o Txiki...

Duro poema, Bel, pero bello porque la verdad, pese a quien pese, lo es.

Isabel Mercadé dijo...

Querida Alicia:

Hay a veces tantas obligaciones, es como si algo tirara de nosotros, implacablemente... no dejemos que el blog se convierta en una de ellas. con ello quiero decir, no te preocupes en absoluto, me gusta mucho tu blog, y tú, como le dije a Goliardo, me pareces encantadora, no debes sentirte obligada a hacer más de lo que haces.

Un abrazo grande.

P.S. Por cierto, no sé si tampoco respondiste a un comentario que vi de un amigo bloguero de Barcelona, compatriota tuyo, Dante Bertini. Creo que te gustaría leerle.

Isabel Mercadé dijo...

Mertxita,
Exactamente esa imagen del espejo le dejaba yo en mi respuesta más arriba a Dante. Sí, sucede así, y luego, día a día, intentamos aprender a convivir con esa extraña.
Fuerte abrazo.