Otoño





Jackson Pollock, Autumn Rhythm Number 30







44 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta cuando estoy sola en casa, por la noche, y subes algo al blog y vengo y todo está en blanco, todo está para mí, para mi desvarío nocturno. Y muchas veces me encuentro con una imagen o con un poema o con una canción que me invita a dejarte aquí todo lo que yo quiera dejarte. Y ahora me ha pasado eso. Que estoy sola, tranquila, acabo de escribir algo sobre una novela de Martín Gaite, entro en las Amapolas, ha llegado el octubre, ha llegado el otoño, todo es de ese color marrón y ocre, que más o menos, si pudiera elegir un color para la vida, sería una mezcla de ambos. Y a interpretar todas esas líneas, a hacerlas nuestras. Son momentos maravillosos. Y me gusta compartirlos contigo, en la distancia, en la cercanía.

Belnu dijo...

Un Pollock muy otoñal, casi boscoso, y con esa música nostálgica y sensual, es reparador, gracias

Goliardo dijo...

Pollock siempre me hipnotiza, me intriga, me mete entre sus madejas chorreadas. Esta borrasca otoñal, acompañada por esta dulce melodía, se transforma un bello paisaje, para relajarse y contemplar. Gracias, aquí, al igual que allí, es de noche, y también aquí, al igual que allí, se respira un aroma delicioso entre tus amapolas. Un abrazo, sigo hipnotizándome.

mjromero dijo...

Pollock solo puede ser tensión.
A veces me siento una de sus líneas negras.
Me gusta.
Un abrazo.

ybris dijo...

Suena "Early Autumn". Contemplo "Autumn Rhythm Number 30".
Todo tan otoñal como sugerente.
Encontré tu abrazo en el blog de Fernando.
Gracias.
Otro muy fuerte a ti.
Sigo leyendo aunque parezca callado.

Fernando dijo...

de la muerte sacamos el resto de la vida..volverá la primavera...besos.

PÁJARO DE CHINA dijo...

Sobran las palabras para tu entrada, Bel. Está la caricia y el remolino del otoño, sus turbulencias y su sosiego, con los latigazos extendidos de Pollock resignificados y serenados por la música. Vengo de la casa de la Eterna Aprendiz. Y quería que supieras que esta entrada no necesita palabras, pero a mí me hace bien leer las tuyas, amplían mi mundo y quiero seguir teniéndolas. Quiero que estén germinando (a veces necesitamos tiempos de silencio) y volver a encontrarlas. Un beso enorme.

Isabel Mercadé dijo...

Fusa:
Me gusta que mi carencia de palabras, estos últimos días más agudizada que nunca, te proporcione una imagen para las tuyas.
Un beso grande.
¿Sabes? en un tiempo muy remoto, había quien me llamaba Blanca.

Isabel Mercadé dijo...

Is a bel(l):
La buscaba para mí, esa reparación, tú sabes un poco por qué, y me alegro de que también lo haya sido para ti.
Un abrazo.

Isabel Mercadé dijo...

Goliardo, aunque sea de noche tú sigues siendo una especie de sol, sí, reparación, como dice Belnu, y también hipnosis, todo eso buscaba, conjurando el caos de algunas horas.
Un beso.

Isabel Mercadé dijo...

Tensión y, sin embargo, reparadora. Es un poco como la poesía de una tal Alfaro.
Un abrazote.

Isabel Mercadé dijo...

Ybris,
Gracias por venir hasta aquí. Si te digo, te echo de menos, no lo interpretes como una petición o una falta de respeto al silencio que necesitas, sólo es una afirmación como "hoy el cielo está azul casi transparente", o "tengo sed".
Besos mil.

Isabel Mercadé dijo...

Fernando:
Esta profecía sí que me gusta y tu afirmación, certera, como siempre. Me alegro de verte aquí de nuevo.
Un gran abrazo.

Isabel Mercadé dijo...

Gracias, Mariel. Ojalá así sea (que estén germinando) ¿o tal vez no?. He conseguido encontrar algunas para el pájaro, ahora que comienza la primavera.
Mil abrazotes, querida.

Belnu dijo...

Que haya tensión en Pollock no elimina esa sensación mía, al contrario, tal vez por eso mi sensación de bosque de ese cuadro, porque en el bosque de otoño hay muerte, putrefacción y también la vida que surge de esa muerte. También veo algo carnoso, peludo, sensual y misterioso en esa pintura. ¿Y por qué no dejarse llevar reparadoramente en una música así? Como esta mañana radiante, a pesar de las noticias tan negras y sangrientas del día. Siempre está todo mezclado y ambivalente... La cuestión es que tú, con tus signos, propicias todos estos pensamientos

Isabel Mercadé dijo...

Gracias, Bel.
Es lo que pasa con los grandes, ¿verdad? cuanto más se mira, más se ve. Me gusta mucho esta descripción porque no puede ser más exacta y precisa, ese algo "peludo, carnoso, sensual y misterioso", eros o la vida a pesar de tánatos.

Malvada Bruja del Norte dijo...

Justo esta semana un amigo marcha a N. York de vacaciones, y me preguntó ¿quieres algo? Y yo le respondí...sí, quiero que vayas al MOMA y delante de un cuadro de Pollock me digas si es como ver todas nuestras esencias junt@s, si es como ver tod@s nuestros Yoes entrelazados...Mi amigo me sonrió y me dijo, bueno, prometo ir, y mirar, y lo que sienta contártelo con un sms...
Ahora nos queda la espera, cuando me llegue, te cuento...

Un abrazo otoñal!

Amparo dijo...

¿Puede compararse este cuadro al ánimo que representan esas mujeres tumbadas en mi cabecera?
Me da que sí, pero creo que es porque paramos para saber cuál es el siguiente peldaño a subir. Ese estarse quieta hasta que el cerebro mande la señal al músculo, ese abrir los sentidos aunque sea con los primeros tonos del otoño y éstos se presenten enmarañados.
Estamos creciendo mi querida Bel, y me alegra ver con la fuerza que tú lo haces!

Un beso enorme y feliz domingo, aunque sea pensativo...

virgi dijo...

No se me hubiera ocurrido ver el Otoño en Pollock. Y sin embargo, entro y lo siento...¿ves? nunca paramos de aprender, sobre todo cuando te enseñan con sutileza, así...sin palabras...sólo música y los trazos de la expresión.
Bel, me ha encantado...besos, hojas que se arremolinan, ternura.
Todo para ti.

Marisa Peña dijo...

Vengo a tus amapolas y me refugio en la belleza, la suave cadencia de la música, y la puerta que nos abre el otoño con sus tonos de tierra y sus hojas pisoteadas, y su lluvia, y nuestra melancolía...
Besos mi Bel.

Conde de Galzerán dijo...

Hay algo espinoso en esta pintura. Me transmite lucha, agonía, olvido. Quizás esta sea una imagen del Otoño. Yo prefiero elevar mis ojos para dejarme acariciar por la luz difusa de estas tardes. Ella también me habla de expiración del entorno, pero sus débiles rayos, me sonríen y me murmuran un renacimiento del todo, de un absoluto vivo que llegará, alegre.
Un beso, Bel, en este silencioso y nuevo Brumario que nace.

Nikté dijo...

Asi que estás parca en palabras?
Es por eso que cuelgas un cuadro y antes clavas el clavo en la pared para sujetarlo?

Bien

Antonio Manuel Fernández Morala dijo...

Muy bonito Bel; lo de falta de palabras..., a veces no son necesarias; una imagen..., dicen que vale más que mil palabras. Abrazos.

Anónimo dijo...

Mi próximo libro en la librería de bolsillo es Un soplo de vida. Espero que lo leas y que te guste. Aunque no lo diga, es para ti, por ti, para darte las gracias. Espero que te guste. Acabo de escribir el texto ahora mismo.
Un abrazo, Bel.

Anónimo dijo...

precioso a mas no poder.

Besos.

Stalker dijo...

A ese otoño y ese cuadro me lanzo con todo el cuerpo.

Y qué hermosa canción...

Isabel Mercadé dijo...

Oh, sí, Malvada Bruja del Norte, me encantará oír ese relato. Expresar sensaciones en directo... Gracias.

Isabel Mercadé dijo...

Tal vez, tal vez, Amparo, desde luego un reposo de la palabra, un mirar sólo, dejar a los otros sentidos actuar irresponsablemente, tal vez sea eso lo mismo que tumbarse.
Un abrazo eterno.

Isabel Mercadé dijo...

Me alegra, Virgi. Es todo un piropo. Muchas gracias, también por esos besos, hojas, ternura ¿se puede pedir más? Sí, tal vez algo, ese secreto, pero no mucho más.
Un abrazo, querida.

Isabel Mercadé dijo...

Marisa:
Qué bien que este pequeño lugar pueda ser para ti un refugio. Nunca me habría atrevido a pretender tanto.
Un beso.

Isabel Mercadé dijo...

Pues, Conde, como decía más arriba, por eso los grandes lo son, porque en ellos cabe todo, sin embargo, curiosa su agonía... en comparación con el efecto más bien sanador o incluso eróticamente vital que nos ha producido a otros.
Un abrazo, querido, como usted quiera.

Isabel Mercadé dijo...

Nikté, gracias por las risas. Tú eres mi sanadora particular. ¿De verdad has cerrado definitivamente el lugar como él te llama?
Un abrazo muy grande.

Isabel Mercadé dijo...

Es cierto, Antonio, aun así, espero que no sea definitivo. A veces también las palabras son un refugio.
Besos.

Isabel Mercadé dijo...

Muchas gracias, preciosa Fusa. Fui ayer pero no lo encontré. Volveré.
Un beso.

Isabel Mercadé dijo...

¡Exagerada Oceánida! Pero gracias. Por lo menos se cumple un poquito la pomposa declaración de principio de estas Amapolas. ¿Cómo se me ocurrió?
Un abracísimo.

Isabel Mercadé dijo...

Querido Stalker:
A eso me refería cuando Eterna hablaba de tumbarse y yo le replicaba algo sobre dejar a los sentidos actual irresponsablemente. Claro que tú lo has dicho más diáfanamente. Lanzarse con todo el cuerpo...

y luego va diciendo por ahí que no es poeta, que lo he visto.

Un besote.

Isabel Mercadé dijo...

Actuar, actuar, no actual

(No parece un lapsus muy interesante)

virgi dijo...

Es que acabo de leer tu comentario en mi blog y como nombras "Firmin"...pues éso, que el libro es precioso, yo lo leí hace unos meses y me encantó. Una metáfora preciosa.
Y el autor, un tipo increíble.
Bueno, Bel, gracias, nuevamente un beso

Olvido dijo...

Colocarse delante de un inmenso Pollock es quedarse mudo. Sólo sentirlo.
Buen día

Isabel Mercadé dijo...

Lo cierto, Virgi, es que lo cogí con cierta reticencia, pero ahora estoy encantada con esta deliciosa fábula contemporánea. Y el autor, sí, todo un personaje.
Otro beso para ti.

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ah,Olvido, sí, por eso no salimos de las metáforas de los sentidos y el cuerpo.
Un abrazo de buenas noches.

alba dijo...

Yo una vez estuve delante de un cuadro suyo. Cuando salí, estaba dentro. Y muy en silencio.

Un abrazo enorme, Bel.

Isabel Mercadé dijo...

¿También tú te lanzaste con todo el cuerpo? Silencio, pues.
Un abrazo para ti.

Clarice Baricco dijo...

Bienvenida a mi otoño. Bienvenida a cada estación de mi vida, mi hermosa Bel.

Tequiero.

Isabel Mercadé dijo...

¿Cómo es el otoño en tu casa, Graciela? "Otoño en Veracruz". Ah, estas tres palabras me hacen soñar.
Un beso.